Córdoba, con el mayor índice de desmonte

Córdoba, con el mayor índice de desmonte

Fecha de Publicación: 23/09/2009
Fuente: Comercio y Justicia
Provincia/Región: Córdoba



“La mayoría de las reservas naturales de la Argentina son reservas tristemente de papel; es decir, fueron creadas y nunca fueron implementadas. Muchas de ellas están en un mapa, pero cuando se llega allí no hay guardaparques, no hay carterlería, no hay nada... El sistema de reservas naturales en su totalidad protege una superficie de 4 por ciento de todo el país. La Argentina debería tener entre 10 y 15 por ciento de áreas naturales protegidas”.
Estas palabras pertenecen a Carlos Chebes, especialista en medio ambiente a nivel nacional e integrante de la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”, quien dialogó con Comercio y Justicia. Su paso por Córdoba estuvo ligado, entre otras cosas, a la presentación de sus libros “Guía de reservas naturales de la Argentina” y “Los que se van: fauna argentina amenazada”.

- ¿En qué estado se encuentran las reservas naturales de Córdoba?
- La Provincia fue pionera en el tema de las áreas protegidas y un modelo a seguir durante muchos años. Creo que deben seguirse creando reservas, porque se quedó un poco en ese sentido; falta mucho por seguir sumando.

- ¿Qué opina acerca de las incipientes urbanizaciones en áreas serranas y naturales?
- La urbanización es una de las formas más terribles de la transformación del medio ambiente, porque es casi total el cambio que se produce. Esto debería estar bien legislado. Hay una realidad que indica que la población va creciendo y hay que ubicar a la gente en alguna parte, pero se debería planificar conscientemente para que los lugares más valiosos no sea modificados.

- ¿Cuál es el principal problema medioambiental que está enfrentado el país en este momento?
- Lo que me parece más grave es la pérdida de la biodiversidad, de los ambientes y de las especies típicas. ¿Cómo se salva una especie en extinción? Creando reservas naturales y éste es un país que todavía tiene muchas áreas agrestes. Creo que se deben declarar como reservas muchas zonas antes que la soja, los desmontes o que la actividad minera se adueñen por completo del paisaje. No soy de los que creen que el mayor problema tiene que ver con el cambio climático o la capa de ozono: ésas son problemáticas a escala mundial, en las que Argentina está inmersa por arrastre. En este país debería definirse con mayor claridad la necesidad de rescatar áreas naturales de todo tipo, lo que permitaría hacer una planificación biorregional y dejar que estas especies sigan conviviendo con nosotros.

- ¿Cómo es el índice de desmonte en Córdoba y en el país?
- En general, altísimo. En la última conferencia a la que asistí mostraron datos que aseguraban que Córdoba tiene el índice más alto de desmonte del país. Es muy preocupante, ya que sería hasta superior al índice que se maneja en África. En este sentido, creo que la provincia no tiene que salvar sólo los bosques, también tiene que resguardar las lagunas y la pampa que puede haber quedado.

- ¿En qué medida afectan los flagelos medioambientales la economía de un lugar?
- Muchísimo. Porque al eliminar la naturaleza, estamos eliminando una posible fuente de recursos insospechada. Una parte tiene que ver con el turismo; pero por otro lado estas reservas que proponemos salvar pueden tener secretos o cuestiones de uso medicinal. Además, mantener las poblaciones silvestres protegidas nos va a permitir conservar el genotipo al cual recurrir para que cuando las tengamos que cultivar o reproducir en cautiverio o en viveros, las podamos tener. Es como crear un banco de especies a futuro.

- ¿Qué otros usos, además del de preservar el medio ambiente, se le pueden dar a las reservas naturales?
- Muchos creen que en las reservas no se puede hacer nada. Pero esto no es así, ya que se trata de espacios que pueden atraer el turismo, siempre y cuando esté regulado, y son muy importantes para la actividad científica y educativa; para que los niños aprendan de primera mano y no a través de un manual. Existen cierto tipo de reservas -como las de usos múltiples- que incluso pueden llegar a convivir con actividades humanas, siempre y cuando sean reguladas y controladas.

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