La instalación de infraestructura masiva para la explotación de petróleo y la siempre existente posibilidad de accidentes, amenaza la Reserva de Biosfera Seaflower, el Área de Protección Marina y a la población del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en el Caribe colombiano. Allí se encuentra el tercer arrecife de corales más grande del planeta y uno de los mejor conservados.
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