Uranio: minería de alto impacto

Uranio: minería de alto impacto para una industria de alto riesgo

Fecha de Publicación: 22/05/2008
Autor del Artículo: Juan Carlos Villalonga - Greenpeace Argentina
Provincia/Región: Nacional


La explosiva expansión de los proyectos mineros en la Argentina está impulsada por medidas adoptadas por las propias autoridades nacionales y un contexto de precios internacionales que tornan a esos proyectos particularmente atractivo en términos económicos.
La expansión minera en búsqueda de materiales, por lo general suntuosos y de carente de valor para el desarrollo real de la sociedad torna más escandaloso e inaceptable el permitir la degradación ambiental y el poner bajo riesgo las escasas fuentes de agua potable.
Caso emblemático de esta situación ha sido el “boom” que ha tenido la minería de oro desde hace algunos años. A este proceso de suma la creciente ola de inversiones para explotar el uranio existente en algunos sitios de la Argentina. Nuevamente, decisiones gubernamentales locales e intereses promovidos por el mercado internacional aparecen en varias provincias.
Por un lado tenemos la pretendida reactivación de la actividad nuclear nacional que está impulsando a la Comisión Nacional de Energía Atónica (CNEA) y el Gobierno Nacional para a reabrir y explotar nuevos yacimientos de uranio. La CNEA ya ha acordado con el gobierno de Salta la explotación de Cerro Otto.
Cuando hablamos de minería de uranio debemos señalar que se trata de una minería de alto riesgo para los trabajadores y para el medioambiente. Además, debemos señalar que la CNEA mantiene un pasivo ambiental en todos los sitios donde ha estado extrayendo y procesando uranio desde su origen al día de hoy. Ejemplos de esa situación la tenemos en Don Otto (Salta), Los Adobes (Chubut), Los Gigantes (Córdoba), La Estela (San Luis), Malargüe (Mendoza), Sierra Pintada (Mendoza) y Los Colorados (La Rioja). Un total de 4.715.000 toneladas de residuos conteniendo uranio. Antes que pensar en abrir nuevas minas de uranio, la CNEA debería destinar esfuerzos técnicos y económicos para remediar esas zonas donde su intervención años atrás dejó terrenos sin remediar.
A esta actividad que desarrolla la CNEA se suma ahora el interés internacional, dado los bajos costos locales y el alto precio del uranio. Así se suman empresas que llegan a la Argentina para extraer uranio para proveer al mercado internacional como es el caso de las compañías Wealth Resources, Mega Uranium, Maple y Marifil y Madero Minerals de Canadá y la Globe Uranium de Australia. Córdoba, Neuquén, Mendoza, Salta, La Rioja, Catamarca y Santa Cruz son las provincias bajo la mira internacional.
Justamente las actividades de una compañía Canadiense ya han despertado la movilización y preocupación de vecinos en la zona de Fiambalá. Así esa zona se suma a las decenas de sitios cordilleranos que se encuentran amenazados por la actividad minera y donde una fuerte movilización procura ponerles freno.
En el caso del uranio, no sólo por los riesgos que representa en sí misma la minería a escala local y regional, sino que además se trata del combustible esencial para alimentar una industria de alto riesgo como es la producción nucleoeléctrica. Actividad de la que podríamos prescindir perfectamente si se hiciera un uso intenso de las energías renovables disponibles, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Por esta razón, resultan inaceptables los riesgos que la minería de uranio representa para estas comunidades locales. No es necesaria la industria nuclear, debemos poner el acento en otra dirección energética. Fuentes energéticas que no nos dejen como legado contaminación ambiental ni dependan de recursos escasos y cuya extracción hace peligrar los recursos naturales de las zonas explotadas.
Para un panorama completo de la minería en la Argentina, ver el informe emitido en TN-Ecología el pasado sábado 17 de mayo.

0 comentarios:

Sobre Nosotros

Blog Archive

Temas

Blog Archive