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El uranio sin control en Argentina
El uranio sin control en Argentina
Fecha de Publicación: 23/03/2009
Autor del Artículo: Agencia OPI Santa Cruz
Provincia/Región: Nacional
Hasta el año 2000, de acuerdo a un informe de la Auditoría General de la Nación la Argentina carecía de normas que regularan la problemática relacionada con la actividad minera y concentración de uranio.; no poseía normas atinentes a la gestión de residuos radiactivos en los complejos mineros que permitan su disposición final de acuerdo al marco jurídico fijado por la Ley N°25.018 sobre dichos residuos y no había programas de monitoreo de los complejos minero – fabriles sujetos a regulación de la Autoridad Regulatoria Nuclear. Los datos recabados por OPI dan cuenta que en 9 años, nada mejoró en este aspecto.
En Argentina la supervisión de los yacimientos mineros-fabril de los minerales de uranio está a cargo la Autoridad Regulatoria Nuclear (sucesora del Ente Nacional Regulador Nuclear) y a partir de allí es dable pensar que en el país toda actividad de este tipo está firmemente regulada y controlada para evitar serios riesgos en la población donde se asienten estos yacimientos de extracción de material radioactivo.
Un documento de auditoría al que tuvo acceso OPI muestra claramente que al menos hasta el año 2000 el país adolecía de todo tipo de control sobre estos aspectos fundamentales de este material estratégico que hay en abundancia bajo el suelo a lo largo y ancho de la Argentina. Las averiguaciones actuales practicadas al respecto, sitúan al país en la misma situación de anomia que en los años `90 y las fuentes señalan que en los casos donde las normas están dictadas, no se aplican.
La auditoría
La AGN integró un equipo de trabajo constituido por el Arq. Andrés Nystorowycz, la Dra. Miriam Ivanega, la Dra. M. Cecilia Rodriguez, el Lic. Juan M. Casavelos, la Lic. Marina Abasto y el Sr. Gustavo Daino para llevar adelante el trabajo de inspección y conclusión a la normativa y su aplicabilidad en el terreno por parte del ente facultado para accionar en tal sentido.
Respecto a la función de supervisión que le corresponde al ARN con relación a la restauración del espacio natural afectado por la actividad minero-fabril de los minerales de uranio, relacionados a los aspectos de seguridad radiológica el informe encontró serias falencias las cuales indican que el país se encuentra ante una situación muy crítica en cuanto a la explotación de minerales estratégicos y no se preserva ni el medio ambiente ni la salud de la población.
Por ejemplo no se cuenta con normativa relacionada a la actividad minera y concentración de uranio, si bien en el compendio elaborado por la ARN - “Normas Regulatorias” del mes de Junio de 1999 se prevé la regulación legal de minería y concentración de uranio, sin embargo, observa la Auditoría “del contenido de la referida codificación no surge (informes anual ARN 1997/2000) que el organismo hubiese dictado la normativa referente a dichas materias”.
La normativa, de acuerdo a lo establecido, debería garantizar la seguridad para la población de las construcciones e instalaciones mineras a clausurar, la restauración del medio ambiente circundante y la adopción de medidas tendientes a evitar la contaminación de los cursos de aguas superficiales, subterráneas y de suelos, preceptos los cuales la ARN no ha cumplido.
Otro de los aspectos observados es que no se han elaborado normas sobre la gestión de desechos o residuos radiactivos. Se debe destacar al respecto que la Ley 25.018 señala la necesidad de la gestión de los residuos radiactivos, sin embargo en el 2000 la AGN denunció que hasta ese momento esta norma no había sido reglamentada.
“Es importante estipular requisitos básicos para la gestión de desechos de manera de garantizar que cualquier problema relacionado a radiaciones quede limitado. Las medidas deberían garantizar que los desechos sólidos permanecerán bajo control adecuado y que se controlará la liberación de radón a la atmósfera y de los otros elementos contaminantes al medio ambiente circundante•, indica en forma terminante el informe.
Sucede que el propio Organismo observa que la norma básica de seguridad radiológica es “una norma general” y que no hay normas específicas para la concentración de uranio, de allí el llamado de atención.
Luego el informe avanza sobre la inexistencia de un programa de monitoreo de las instalaciones sujetas a regulación de la ARN y sobre el particular añade “En la toma de muestras en los monitoreos de las instalaciones se observa falta de regularidad. La extracción de muestras es aleatoria en tiempo y en espacio, en un mismo año no se extraen muestras de todas las estaciones de muestreo o en algunas estaciones transcurren años entre la toma de una muestra y otra”.
Sobre este punto la AGN observa “El Ente afirma efectuar campañas de monitoreo, lo que este Grupo de Auditoría ha observado es que no existe un Programa de Monitoreo, ya que de la simple observación de las distintas campañas surge que las mismas son aleatorias tanto en el tiempo como en el espacio. Es dable destacar que, para obtener series de datos que resulten fiables, las mismas tiene que cumplir ciertos requisitos de homogeneidad, como la frecuencia en la que se efectúa, la estacionalidad: lluvia, nieve, niebla, escarcha, humedad relativa, vientos, y otros. Como muestra de este planteo podemos referirnos a las consideraciones vertidas en el documento Contaminación radiactiva en Mendoza. Caso Malargüe (Dirección de Saneamiento y Control Ambiental de la Pcia. De Mendoza) donde se recomienda hacer el seguimiento de las emanaciones del radón en enerofebrero- marzo por tratarse de la época que por la disminución de la humedad se produce el mayor desprendimiento”.
A continuación resalta “durante el trabajo de auditoría se observó que no hay coordinación entre los organismos que tienen competencia en materia de actividad minera nuclear (ARN, autoridades mineras provinciales y otros) ni con otros organismos nacionales también relacionados con la actividad minera. La ARN tampoco recibe ni solicita informes aprobados por la autoridad minera correspondiente, relacionados con los proyectos de recomposición exigidos por el art.17 de la Ley 24585 Título Complementario de la Protección Ambiental para la Actividad Minera”.
Marco legal
En lo que hace específicamente al objeto de auditoría, en el año 1998 se sancionó la Ley N° 25.018 sobre el Régimen de Gestión de Residuos Radiactivos (sin reglamentar). Esta ley define como residuo radiactivo a todo material radiactivo, combinado o no con material no radiactivo, que haya sido utilizado en procesos productivos o aplicaciones, para los cuales no se prevean usos inmediatos posteriores en la misma instalación, y que, por sus características radiológicas no puedan ser dispersados en el ambiente de acuerdo a los límites establecidos por la Autoridad
Regulatoria Nuclear. La mencionada ley establece:
• artículo 9° que “la CNEA, deberá elaborar un Plan Estratégico de Gestión de Residuos
Radiactivos, que incluirá el Programa Nacional de Gestión de Residuos radiactivos que se crea en el artículo 10 de esta ley. Este plan deberá ser enviado al Poder Ejecutivo Nacional, quien previa consulta a la ARN, será enviado al Congreso Nacional para su aprobación”.
• artículo 10 inciso j) :que mediante el Programa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos se deberá “gestionar los residuos provenientes de la actividad nuclear y privada incluyendo los generados en la clausura de las instalaciones, los derivados de la minería de uranio, y los que provengan de yacimientos mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de servicios”.
• artículo 11. “El Programa nacional de Gestión de Residuos Radiactivos incorporará la recuperación de sitios afectados por la actividad de extracción, molienda, concentración, tratamiento y elaboración de minerales radiactivos procedentes de yacimientos de explotación y sus respectivos establecimientos fabriles, así como de yacimientos mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de servicios””
Normas Regulatorias elaboradas por la ARN
Las normas regulatorias de la ARN se encuentran en un compendio elaborado en junio de 1999. Entre las normas de regulación que elabora la ARN, se destaca la Norma Básica de Seguridad Radiológica (AR 10.1.1) que tiene como objetivo lograr un nivel apropiado de protección de las personas contra los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes.
En dicha norma se cuantifican los límites de dosis radiactivas aceptadas por la Autoridad Regulatoria Nuclear ya sea por ingestión o inhalación (de todas las vías de irradiación en conjunto) tanto para trabajadores como para la comunidad. Asimismo, puntualiza las situaciones en las cuales la Autoridad Regulatoria Nuclear tiene intervención y las prácticas que son controladas por dicho organismo. Define también los criterios para la gestión de residuos radiactivos sólidos, aclarando: “Los residuos radiactivos sólidos deben mantenerse aislados de la biosfera el tiempo necesario para que hayan decaído suficientemente, utilizando –cuando sea necesario- barreras geológicas y de ingeniería con grados de independencia y redundancia adecuados, a satisfacción de la Autoridad Regulatoria.” (pág. 11/165, AR 10.1.1. Norma Básica de Seguridad Radiológica).
Complejos Minero – Fabriles
Los complejos minero - fabriles son instalaciones que explotan, procesan y preparan los minerales de uranio para que luego puedan ser transformados en concentrado comercial de uranio que será utilizado por las centrales nucleares.
Realizada la extracción del mineral de uranio se procede a concentrarlo. El material es triturado y depositado formando pilas dentro de las instalaciones de los complejos minero fabriles.
Mediante una solución diluida de ácido sulfúrico, se realiza la recuperación de uranio de esas pilas, para luego precipitarlo con amoníaco gaseoso, obteniéndose diuranato de amonio. Este producto es triturado, ya que debe adecuarse a tamaños especificados, y envasado en tambores que serán enviados a la planta de conversión de dióxido de uranio.
En la Argentina se instalaron numerosos complejos minero - fabriles. Actualmente sólo se encuentra en operación el de San Rafael. Los complejos minero - fabriles cerrados se detallan a continuación:
Pichiñán, Chubut CNEA 1981
Tonco, Salta CNEA. 1981
Los Gigantes Córdoba Sánchez Granel Obras de Ingeniería S.A. 1982
Malargüe, Mendoza CNEA 1993
La Estela San Luis, URANCO S.A. 1990
Los Colorados, La Rioja URANCO S.A. 1996
Habitantes fluorescentes: riesgo ambiental y peligrosidad de las pilas de residuos radiactivos.
Dentro de los predios mineros fabriles se localizan pilas de residuos sólidos muy contaminantes para el medio ambiente. Estas pilas están compuestas no sólo por elementos radiactivos sino también por materiales no radiactivos y químicos (ácido sulfúrico o amoníaco), necesarios para realizar la concentración de uranio.
El peligro latente de una disposición inadecuada, radica en la ausencia de una plataforma impermeable que posibilite la separación de este material con el medio físico circundante evitando, de esa manera, la contaminación de los recursos (Problemas del Medio Ambiente en la Provincia de Mendoza – Robledo y Mannino, ECOGEO, Mendoza 1997, pág. 101 y 102).
Favorecidos por la lluvia, se infiltran o escurren por el terreno las sustancias tóxicas (ácido sulfúrico, amoníaco, elementos radiactivos, etc.) contaminando el suelo con el que están en contacto directo y las aguas subterráneas y superficiales con las que podrían entrar en contacto.
La contaminación incluye también la atmosférica ya que algunos materiales radiactivos se desintegran en gas radón. Por lo tanto, la contaminación producida por estas pilas abarca la radiación a la que se ve sometida la población producto del acopio de elementos radiactivos, y la contaminación del medio ambiente con compuestos químicos, utilizados para concentrar el uranio.
Uno de los operadores, la CNEA, -que es supervisado por la Autoridad Regulatoria Nuclear- a través de sus propuestas de mitigación (Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio, Cap. 5.2. – Octubre 1998) respecto a las colas de mineral, producto de trabajos experimentales de lixiviación de minerales de uranio que se encuentran ubicados en la ex planta Córdoba, propone como parte de la remediación desplazar las escombreras de mineral de uranio existentes a aproximadamente 100km. (al ex complejo minero-fabril Los Gigantes) en camiones de 15tn. de capacidad útil, con caja metálica con buen estado de hermeticidad, volquete y con cubierta estanca para evitar posibles voladuras del material transportado, a razón de 27 viajes diarios, de lunes a viernes durante un lapso que va de 7 a 8 meses.
Con respecto a la contaminación atmosférica por emisión de elementos radiactivos, la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) alerta sobre la peligrosidad que representa la dispersión atmosférica de las pilas de residuos y la inhalación de radón y de sus productos de desintegración por parte de la población ya que aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. La EPA (United States Environmental Protection Agency) coincide con esta apreciación y enuncia la peligrosidad de poner en contacto a la población con fuentes radiactivas. Se ha dividido a la radiación en: exposición aguda y exposición crónica.
Exposición Aguda
Se refiere a una gran y única exposición o también a una serie de dosis ocurridas en un corto período de tiempo. Los grandes picos de radiación pueden ocurrir por un accidente o por alguna práctica médica particular. En la mayoría de los casos, una exposición grande puede causar efectos inmediatos o retrasados. Para los humanos y también los animales, grandes picos de exposición puede causar un desarrollo rápido de enfermedades tales como desórdenes gastrointestinales, infecciones bacterianas, anemia, pérdida de fluidos corporales.
Entre los efectos retardados se pueden enumerar, cataratas, esterilidad temporal, cáncer, efectos genéticos. Niveles de radiación extremadamente altos pueden provocar la muerte en el término de horas, días o semanas. Este tipo de radiación está asociada con los posibles accidentes que pueden ocurrir en alguna central nuclear.
Exposición crónica
La exposición crónica es continua y se refiere a bajos niveles de radiación durante un largo período de tiempo. La exposición crónica es considerada por la EPA como productora de efectos que sólo pueden ser observados algún tiempo posterior a la exposición inicial. Esta incluye efectos genéticos y otros efectos como cáncer, lesiones cancerígenas, tumores benignos, cataratas, cambios en la piel y defectos congénitos.
Esta radiación se asocia a la exposición a la que puede verse sometida la población como consecuencia de vivir cerca de un foco de radiación ya sea natural o artificial.
Monitoreo ambiental de los complejos minero – fabriles
La ubicación de pilas constituidas por residuos sólidos del mineral tratado, sin el adecuado control dentro de los complejos minero – fabriles, puede ocasionar contaminación del medio ambiente la que a su vez, podría afectar la salud de la población. Esta es la razón por la cual la ARN lleva a cabo monitoreos dentro y en los alrededores de los complejos minero-fabriles cerrados asociados a la explotación y procesamiento de los minerales de uranio.
El objetivo de estos monitoreos es evaluar la contaminación radiológica ambiental producida por la operación de estas plantas.
Durante los monitoreos se extraen muestras de aguas superficiales y subterráneas aguas arriba y abajo de los complejos, del suelo (hasta 0.4 mt. de profundidad) y de los sedimentos (arenas subterráneas embebidas en agua) que componen los acuíferos y emanaciones de gas radón. Se realizan determinaciones de uranio natural y de radio 226.
Fecha de Publicación: 23/03/2009
Autor del Artículo: Agencia OPI Santa Cruz
Provincia/Región: Nacional
Hasta el año 2000, de acuerdo a un informe de la Auditoría General de la Nación la Argentina carecía de normas que regularan la problemática relacionada con la actividad minera y concentración de uranio.; no poseía normas atinentes a la gestión de residuos radiactivos en los complejos mineros que permitan su disposición final de acuerdo al marco jurídico fijado por la Ley N°25.018 sobre dichos residuos y no había programas de monitoreo de los complejos minero – fabriles sujetos a regulación de la Autoridad Regulatoria Nuclear. Los datos recabados por OPI dan cuenta que en 9 años, nada mejoró en este aspecto.
En Argentina la supervisión de los yacimientos mineros-fabril de los minerales de uranio está a cargo la Autoridad Regulatoria Nuclear (sucesora del Ente Nacional Regulador Nuclear) y a partir de allí es dable pensar que en el país toda actividad de este tipo está firmemente regulada y controlada para evitar serios riesgos en la población donde se asienten estos yacimientos de extracción de material radioactivo.
Un documento de auditoría al que tuvo acceso OPI muestra claramente que al menos hasta el año 2000 el país adolecía de todo tipo de control sobre estos aspectos fundamentales de este material estratégico que hay en abundancia bajo el suelo a lo largo y ancho de la Argentina. Las averiguaciones actuales practicadas al respecto, sitúan al país en la misma situación de anomia que en los años `90 y las fuentes señalan que en los casos donde las normas están dictadas, no se aplican.
La auditoría
La AGN integró un equipo de trabajo constituido por el Arq. Andrés Nystorowycz, la Dra. Miriam Ivanega, la Dra. M. Cecilia Rodriguez, el Lic. Juan M. Casavelos, la Lic. Marina Abasto y el Sr. Gustavo Daino para llevar adelante el trabajo de inspección y conclusión a la normativa y su aplicabilidad en el terreno por parte del ente facultado para accionar en tal sentido.
Respecto a la función de supervisión que le corresponde al ARN con relación a la restauración del espacio natural afectado por la actividad minero-fabril de los minerales de uranio, relacionados a los aspectos de seguridad radiológica el informe encontró serias falencias las cuales indican que el país se encuentra ante una situación muy crítica en cuanto a la explotación de minerales estratégicos y no se preserva ni el medio ambiente ni la salud de la población.
Por ejemplo no se cuenta con normativa relacionada a la actividad minera y concentración de uranio, si bien en el compendio elaborado por la ARN - “Normas Regulatorias” del mes de Junio de 1999 se prevé la regulación legal de minería y concentración de uranio, sin embargo, observa la Auditoría “del contenido de la referida codificación no surge (informes anual ARN 1997/2000) que el organismo hubiese dictado la normativa referente a dichas materias”.
La normativa, de acuerdo a lo establecido, debería garantizar la seguridad para la población de las construcciones e instalaciones mineras a clausurar, la restauración del medio ambiente circundante y la adopción de medidas tendientes a evitar la contaminación de los cursos de aguas superficiales, subterráneas y de suelos, preceptos los cuales la ARN no ha cumplido.
Otro de los aspectos observados es que no se han elaborado normas sobre la gestión de desechos o residuos radiactivos. Se debe destacar al respecto que la Ley 25.018 señala la necesidad de la gestión de los residuos radiactivos, sin embargo en el 2000 la AGN denunció que hasta ese momento esta norma no había sido reglamentada.
“Es importante estipular requisitos básicos para la gestión de desechos de manera de garantizar que cualquier problema relacionado a radiaciones quede limitado. Las medidas deberían garantizar que los desechos sólidos permanecerán bajo control adecuado y que se controlará la liberación de radón a la atmósfera y de los otros elementos contaminantes al medio ambiente circundante•, indica en forma terminante el informe.
Sucede que el propio Organismo observa que la norma básica de seguridad radiológica es “una norma general” y que no hay normas específicas para la concentración de uranio, de allí el llamado de atención.
Luego el informe avanza sobre la inexistencia de un programa de monitoreo de las instalaciones sujetas a regulación de la ARN y sobre el particular añade “En la toma de muestras en los monitoreos de las instalaciones se observa falta de regularidad. La extracción de muestras es aleatoria en tiempo y en espacio, en un mismo año no se extraen muestras de todas las estaciones de muestreo o en algunas estaciones transcurren años entre la toma de una muestra y otra”.
Sobre este punto la AGN observa “El Ente afirma efectuar campañas de monitoreo, lo que este Grupo de Auditoría ha observado es que no existe un Programa de Monitoreo, ya que de la simple observación de las distintas campañas surge que las mismas son aleatorias tanto en el tiempo como en el espacio. Es dable destacar que, para obtener series de datos que resulten fiables, las mismas tiene que cumplir ciertos requisitos de homogeneidad, como la frecuencia en la que se efectúa, la estacionalidad: lluvia, nieve, niebla, escarcha, humedad relativa, vientos, y otros. Como muestra de este planteo podemos referirnos a las consideraciones vertidas en el documento Contaminación radiactiva en Mendoza. Caso Malargüe (Dirección de Saneamiento y Control Ambiental de la Pcia. De Mendoza) donde se recomienda hacer el seguimiento de las emanaciones del radón en enerofebrero- marzo por tratarse de la época que por la disminución de la humedad se produce el mayor desprendimiento”.
A continuación resalta “durante el trabajo de auditoría se observó que no hay coordinación entre los organismos que tienen competencia en materia de actividad minera nuclear (ARN, autoridades mineras provinciales y otros) ni con otros organismos nacionales también relacionados con la actividad minera. La ARN tampoco recibe ni solicita informes aprobados por la autoridad minera correspondiente, relacionados con los proyectos de recomposición exigidos por el art.17 de la Ley 24585 Título Complementario de la Protección Ambiental para la Actividad Minera”.
Marco legal
En lo que hace específicamente al objeto de auditoría, en el año 1998 se sancionó la Ley N° 25.018 sobre el Régimen de Gestión de Residuos Radiactivos (sin reglamentar). Esta ley define como residuo radiactivo a todo material radiactivo, combinado o no con material no radiactivo, que haya sido utilizado en procesos productivos o aplicaciones, para los cuales no se prevean usos inmediatos posteriores en la misma instalación, y que, por sus características radiológicas no puedan ser dispersados en el ambiente de acuerdo a los límites establecidos por la Autoridad
Regulatoria Nuclear. La mencionada ley establece:
• artículo 9° que “la CNEA, deberá elaborar un Plan Estratégico de Gestión de Residuos
Radiactivos, que incluirá el Programa Nacional de Gestión de Residuos radiactivos que se crea en el artículo 10 de esta ley. Este plan deberá ser enviado al Poder Ejecutivo Nacional, quien previa consulta a la ARN, será enviado al Congreso Nacional para su aprobación”.
• artículo 10 inciso j) :que mediante el Programa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos se deberá “gestionar los residuos provenientes de la actividad nuclear y privada incluyendo los generados en la clausura de las instalaciones, los derivados de la minería de uranio, y los que provengan de yacimientos mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de servicios”.
• artículo 11. “El Programa nacional de Gestión de Residuos Radiactivos incorporará la recuperación de sitios afectados por la actividad de extracción, molienda, concentración, tratamiento y elaboración de minerales radiactivos procedentes de yacimientos de explotación y sus respectivos establecimientos fabriles, así como de yacimientos mineros abandonados o establecimientos fabriles fuera de servicios””
Normas Regulatorias elaboradas por la ARN
Las normas regulatorias de la ARN se encuentran en un compendio elaborado en junio de 1999. Entre las normas de regulación que elabora la ARN, se destaca la Norma Básica de Seguridad Radiológica (AR 10.1.1) que tiene como objetivo lograr un nivel apropiado de protección de las personas contra los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes.
En dicha norma se cuantifican los límites de dosis radiactivas aceptadas por la Autoridad Regulatoria Nuclear ya sea por ingestión o inhalación (de todas las vías de irradiación en conjunto) tanto para trabajadores como para la comunidad. Asimismo, puntualiza las situaciones en las cuales la Autoridad Regulatoria Nuclear tiene intervención y las prácticas que son controladas por dicho organismo. Define también los criterios para la gestión de residuos radiactivos sólidos, aclarando: “Los residuos radiactivos sólidos deben mantenerse aislados de la biosfera el tiempo necesario para que hayan decaído suficientemente, utilizando –cuando sea necesario- barreras geológicas y de ingeniería con grados de independencia y redundancia adecuados, a satisfacción de la Autoridad Regulatoria.” (pág. 11/165, AR 10.1.1. Norma Básica de Seguridad Radiológica).
Complejos Minero – Fabriles
Los complejos minero - fabriles son instalaciones que explotan, procesan y preparan los minerales de uranio para que luego puedan ser transformados en concentrado comercial de uranio que será utilizado por las centrales nucleares.
Realizada la extracción del mineral de uranio se procede a concentrarlo. El material es triturado y depositado formando pilas dentro de las instalaciones de los complejos minero fabriles.
Mediante una solución diluida de ácido sulfúrico, se realiza la recuperación de uranio de esas pilas, para luego precipitarlo con amoníaco gaseoso, obteniéndose diuranato de amonio. Este producto es triturado, ya que debe adecuarse a tamaños especificados, y envasado en tambores que serán enviados a la planta de conversión de dióxido de uranio.
En la Argentina se instalaron numerosos complejos minero - fabriles. Actualmente sólo se encuentra en operación el de San Rafael. Los complejos minero - fabriles cerrados se detallan a continuación:
Pichiñán, Chubut CNEA 1981
Tonco, Salta CNEA. 1981
Los Gigantes Córdoba Sánchez Granel Obras de Ingeniería S.A. 1982
Malargüe, Mendoza CNEA 1993
La Estela San Luis, URANCO S.A. 1990
Los Colorados, La Rioja URANCO S.A. 1996
Habitantes fluorescentes: riesgo ambiental y peligrosidad de las pilas de residuos radiactivos.
Dentro de los predios mineros fabriles se localizan pilas de residuos sólidos muy contaminantes para el medio ambiente. Estas pilas están compuestas no sólo por elementos radiactivos sino también por materiales no radiactivos y químicos (ácido sulfúrico o amoníaco), necesarios para realizar la concentración de uranio.
El peligro latente de una disposición inadecuada, radica en la ausencia de una plataforma impermeable que posibilite la separación de este material con el medio físico circundante evitando, de esa manera, la contaminación de los recursos (Problemas del Medio Ambiente en la Provincia de Mendoza – Robledo y Mannino, ECOGEO, Mendoza 1997, pág. 101 y 102).
Favorecidos por la lluvia, se infiltran o escurren por el terreno las sustancias tóxicas (ácido sulfúrico, amoníaco, elementos radiactivos, etc.) contaminando el suelo con el que están en contacto directo y las aguas subterráneas y superficiales con las que podrían entrar en contacto.
La contaminación incluye también la atmosférica ya que algunos materiales radiactivos se desintegran en gas radón. Por lo tanto, la contaminación producida por estas pilas abarca la radiación a la que se ve sometida la población producto del acopio de elementos radiactivos, y la contaminación del medio ambiente con compuestos químicos, utilizados para concentrar el uranio.
Uno de los operadores, la CNEA, -que es supervisado por la Autoridad Regulatoria Nuclear- a través de sus propuestas de mitigación (Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio, Cap. 5.2. – Octubre 1998) respecto a las colas de mineral, producto de trabajos experimentales de lixiviación de minerales de uranio que se encuentran ubicados en la ex planta Córdoba, propone como parte de la remediación desplazar las escombreras de mineral de uranio existentes a aproximadamente 100km. (al ex complejo minero-fabril Los Gigantes) en camiones de 15tn. de capacidad útil, con caja metálica con buen estado de hermeticidad, volquete y con cubierta estanca para evitar posibles voladuras del material transportado, a razón de 27 viajes diarios, de lunes a viernes durante un lapso que va de 7 a 8 meses.
Con respecto a la contaminación atmosférica por emisión de elementos radiactivos, la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica) alerta sobre la peligrosidad que representa la dispersión atmosférica de las pilas de residuos y la inhalación de radón y de sus productos de desintegración por parte de la población ya que aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. La EPA (United States Environmental Protection Agency) coincide con esta apreciación y enuncia la peligrosidad de poner en contacto a la población con fuentes radiactivas. Se ha dividido a la radiación en: exposición aguda y exposición crónica.
Exposición Aguda
Se refiere a una gran y única exposición o también a una serie de dosis ocurridas en un corto período de tiempo. Los grandes picos de radiación pueden ocurrir por un accidente o por alguna práctica médica particular. En la mayoría de los casos, una exposición grande puede causar efectos inmediatos o retrasados. Para los humanos y también los animales, grandes picos de exposición puede causar un desarrollo rápido de enfermedades tales como desórdenes gastrointestinales, infecciones bacterianas, anemia, pérdida de fluidos corporales.
Entre los efectos retardados se pueden enumerar, cataratas, esterilidad temporal, cáncer, efectos genéticos. Niveles de radiación extremadamente altos pueden provocar la muerte en el término de horas, días o semanas. Este tipo de radiación está asociada con los posibles accidentes que pueden ocurrir en alguna central nuclear.
Exposición crónica
La exposición crónica es continua y se refiere a bajos niveles de radiación durante un largo período de tiempo. La exposición crónica es considerada por la EPA como productora de efectos que sólo pueden ser observados algún tiempo posterior a la exposición inicial. Esta incluye efectos genéticos y otros efectos como cáncer, lesiones cancerígenas, tumores benignos, cataratas, cambios en la piel y defectos congénitos.
Esta radiación se asocia a la exposición a la que puede verse sometida la población como consecuencia de vivir cerca de un foco de radiación ya sea natural o artificial.
Monitoreo ambiental de los complejos minero – fabriles
La ubicación de pilas constituidas por residuos sólidos del mineral tratado, sin el adecuado control dentro de los complejos minero – fabriles, puede ocasionar contaminación del medio ambiente la que a su vez, podría afectar la salud de la población. Esta es la razón por la cual la ARN lleva a cabo monitoreos dentro y en los alrededores de los complejos minero-fabriles cerrados asociados a la explotación y procesamiento de los minerales de uranio.
El objetivo de estos monitoreos es evaluar la contaminación radiológica ambiental producida por la operación de estas plantas.
Durante los monitoreos se extraen muestras de aguas superficiales y subterráneas aguas arriba y abajo de los complejos, del suelo (hasta 0.4 mt. de profundidad) y de los sedimentos (arenas subterráneas embebidas en agua) que componen los acuíferos y emanaciones de gas radón. Se realizan determinaciones de uranio natural y de radio 226.
30 razones para el no a la explotación del uranio
Treinta razones para decir no a la explotación del uranio
Fecha de Publicación: 08/09/2008
Autor del Artículo: Tomado de ADN Mundo y No a la Mina
Provincia/Región: Nacional
La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Acá treinta razones para negarse la explotación del uranio.
1. Todas las mezclas de uranio (natural, enriquecido y empobrecido) tienen los mismos efectos químicos en el cuerpo. Se trata de un material muy tóxico que afecta los sistemas óseo, renal y otros órganos del cuerpo humano. Por ser radiactivo además, es cancerígeno, sobre todo cuando se lo inhala junto al radón-222.
2. El uranio natural se compone de tres isótopos: uranio-238, uranio-235 y uranio-234. Los isótopos del uranio son radioactivos. El núcleo de los elementos radioactivos es inestable, significa que el mismo se transforma en otros elementos, acompañado por radiación alpha o beta o gamma, poseen la habilidad de dañar y destruir las células vivas mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticos en sus descendientes. Si bien el mineral in situ posee relativamente bajos niveles de radioactividad, al abrir el yacimiento se produce la desintegración espontánea.
3. El Plutonio es un remanente del Uranio enriquecido, utilizado en armas de aniquilación masiva. Al incentivar en el tercer mundo la tecnología nuclear, el primer mundo se hace de Plutonio sin necesidad de ser su productor directo, y deberemos entregarlo a los países autorizados para su manipulación, por ejemplo EE.UU., Francia, Inglaterra.
4. No solo preocupan los 250.000 años de vida del plutonio. El estroncio90 y el cesio 37 son de larga vida y tan letales como el equivalente a 1000 bombas atómicas de Hiroshima. Este poder es producido por una planta de de 1000 megavatios durante UN AÑO.
5. La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer.
6. Las minas de explotación de uranio son letales. El gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas.
7. En 1980 los médicos del Hospital de Shiprock en EE.UU. confirmaron que 60 de las 70 personas con cáncer de pulmón eran mineros de Uranio.
8. Antes del 2000 se realizó una investigación en 12 central nucleares de EE.UU. por el Dr. STERNGLASS que permite afirmar que “cualquier niño que nazca dentro de la región de 50 millas de un planta nuclear pacífica, tiene una posibilidad menos de lo normal de sobrevivir al año de vida”. La CEA de EE.UU. ha confirmado el número anormal de muertes de infantes cerca de las plantas investigadas.
9. El centro Nacional de Estadísticas de la salud de EEUU. Concluyó que “el número de defectos en bebes que habitan en zonas `próximas a minas de uranio explotadas en Utha, Nuevo México, Colorado y Arizona es de 10 a 150 % más que el promedio nacional en el resto del país
10. Dentro de la colectividad de indios navajos no existía el cáncer, pero todos los que fueron mineros del uranio lo contrajeron. Esto produjo un escándalo en la comunidad científica de EE.UU.
11. El uranio empobrecido esparcido por las bombas aliadas contra Irak ha producido millares de muertes, especialmente entre los niños. Para ahorrar dinero y vaciar sus depósitos, los Departamentos de Defensa y de Energía ceden gratis el uranio empobrecido a las empresas de armamentos nacionales y extranjeras. Además de EE. UU. países como Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia, Grecia, Turquía, Israel, las monarquías del Golfo, Taiwan, Corea del Sur, Pakistán y Japón compran o fabrican armas con uranio empobrecido.
12. En sus 110.000 ataques aéreos contra Irak, los aviones A-10 Warthog de EE.UU. lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva terrestre sus tanques M60, MI y MIAI dispararon otros 4.000 proyectiles también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas métricas de desechos radioactivos, que podrían haber afectado ya a 250.000 iraquíes. El uranio empobrecido es altamente radioactivo y tiene una vida media de 4.500 años
13. La actividad de las plantas de energía nuclear es de 30 o 40 años. Luego se las decomisa sellándolas herméticamente. Se convierten así en un basurero nuclear eterno. Por tanto: No fabriquemos más plantas nucleares
14. Durante años arrojaron tambores con residuos radiactivos de corta y mediana actividad a los océanos garantizando su hermeticidad por 200 años. Hoy muchos ya están abiertos soltando el flagelo mortal. No se castigó a los responsables.
15. En el año 200 EEUU ya poseía cientos de miles de toneladas de escoria radiactiva que debían aislar herméticamente en sepulcros por 56.000 a 2.000.000 de años. ¿Qué se habrá hecho con estos residuos?
16. El Informe Nacional de la Cancillería a la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, reunido en Río de Janeiro en julio de 1991, dice: “A los riesgos que se producen en la minería del uranio, se suman los de la operación y básicamente los vinculados a la disposición final de los residuos del proceso”
17. En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos. Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.
18. En el yacimiento Los Gigantes (Córdoba) quedaron abandonados 600.000 toneladas de residuos marginales, 1.000.000 de toneladas de estériles, 2.400.000 toneladas de colas, 101.360 metros cúbicos de lodos y 100.0000 metros cúbicos de líquidos (se ha denunciado que otros 900.000 metros cúbicos de líquidos y lodos ácidos fueron arrojados a los afluentes del río San Antonio);
19. En Tonco (Salta) quedaron 500.000 toneladas de colas;
20. En Los Colorados (La Rioja) quedaron 937.000 toneladas, 155.000 toneladas de cola;
21. En La Estela (San Luís) quedaron 1.143.000 toneladas, 65.000 toneladas de colas;
22. En Malargüe (Mendoza) quedaron 700.000 toneladas de colas; en Huemul (Mendoza) quedaron 19.500 metros cúbicos de estériles de explotación y 2.500 metros cúbicos de marginales;
23. En Don Otto (Salta) quedaron 390.000 toneladas de colas de uranio;
24. En el Complejo Fabril San Rafael (en Sierra Pintada, Mendoza), quedaron 1.700.000 toneladas de colas de uranio, 5.340 tambores radiactivos, 153.000 metros cúbicos de residuos líquidos.
25. En la planta de enriquecimiento de uranio de Pichiñan (Chubut) quedaron 60.000 toneladas de colas.
26. En la fábrica de dióxido de uranio en la ciudad de Córdoba, Dioxitek S.A., ex Complejo Fabril Córdoba (CFC): 57.600 toneladas de colas de tratamiento.
27. La concentración máxima permitida en agua para el uranio por la Organización Mundial de la Salud es de 15 µg/L (microgramos por litro, es decir millonésimas de gramo por litro). La Argentina tiene, por razones desconocidas, permite hasta 100 µg/L. No es difícil imaginar que de una explotación de uranio surjan concentraciones sensiblemente mayores.
28. La secretaría de Salud Pública de Kiev (Ucrania) reconoce que Chernobil afectó a 5 millones de personas y la cifra no es definitiva.
29. En algunos países el pueblo decidió NO a las centrales nucleares y por votación popular deberán desmantelarlas paralizando toda su actividad. Otros toman el camino para su abandono. Varios países, en su mayoría europeos, se plantearon el abandono del uso de la energía nuclear a partir de 1987. Austria (1978), Suecia (1980) e Italia (1987) votaron en referéndum la oposición o el abandono de la energía nuclear. Entre los países que no tienen plantas nucleares y han prohibido la construcción de nuevas plantas se incluyen Australia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda y Noruega (este último tiene dos reactores de investigación). Polonia detuvo la construcción de un reactor. Bélgica, Alemania, Holanda, España y Suecia decidieron no construir nuevos reactores o tienen intenciones de abandonar la energía nuclear, aunque en su mayoría todavía dependen en mayor o menor medida de ella. Suiza tuvo una moratoria para el cese de construcción de plantas nucleares durante 10 años, pero en referéndum en 2003 se decidió no renovarla. En Argentina ya son varias las provincias que legislaron contra la instalación de repositorios y tránsito de residuos nucleares, muchos municipios se han declarado no nucleares.
30. La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Si el mineral se extrae por el método de minería a Cielo abierto con uso de sustancias tóxicas, padeceremos además de los perjuicios ocasionados por el método de lixiviación con uso de tóxicos la emisión constante desde los diques de cola de gas radón, radio y otros isótopos radiactivos ( radiación gamma). Le energía nuclear es insegura y sucia.
Fecha de Publicación: 08/09/2008
Autor del Artículo: Tomado de ADN Mundo y No a la Mina
Provincia/Región: Nacional
La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Acá treinta razones para negarse la explotación del uranio.
1. Todas las mezclas de uranio (natural, enriquecido y empobrecido) tienen los mismos efectos químicos en el cuerpo. Se trata de un material muy tóxico que afecta los sistemas óseo, renal y otros órganos del cuerpo humano. Por ser radiactivo además, es cancerígeno, sobre todo cuando se lo inhala junto al radón-222.
2. El uranio natural se compone de tres isótopos: uranio-238, uranio-235 y uranio-234. Los isótopos del uranio son radioactivos. El núcleo de los elementos radioactivos es inestable, significa que el mismo se transforma en otros elementos, acompañado por radiación alpha o beta o gamma, poseen la habilidad de dañar y destruir las células vivas mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticos en sus descendientes. Si bien el mineral in situ posee relativamente bajos niveles de radioactividad, al abrir el yacimiento se produce la desintegración espontánea.
3. El Plutonio es un remanente del Uranio enriquecido, utilizado en armas de aniquilación masiva. Al incentivar en el tercer mundo la tecnología nuclear, el primer mundo se hace de Plutonio sin necesidad de ser su productor directo, y deberemos entregarlo a los países autorizados para su manipulación, por ejemplo EE.UU., Francia, Inglaterra.
4. No solo preocupan los 250.000 años de vida del plutonio. El estroncio90 y el cesio 37 son de larga vida y tan letales como el equivalente a 1000 bombas atómicas de Hiroshima. Este poder es producido por una planta de de 1000 megavatios durante UN AÑO.
5. La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer.
6. Las minas de explotación de uranio son letales. El gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas.
7. En 1980 los médicos del Hospital de Shiprock en EE.UU. confirmaron que 60 de las 70 personas con cáncer de pulmón eran mineros de Uranio.
8. Antes del 2000 se realizó una investigación en 12 central nucleares de EE.UU. por el Dr. STERNGLASS que permite afirmar que “cualquier niño que nazca dentro de la región de 50 millas de un planta nuclear pacífica, tiene una posibilidad menos de lo normal de sobrevivir al año de vida”. La CEA de EE.UU. ha confirmado el número anormal de muertes de infantes cerca de las plantas investigadas.
9. El centro Nacional de Estadísticas de la salud de EEUU. Concluyó que “el número de defectos en bebes que habitan en zonas `próximas a minas de uranio explotadas en Utha, Nuevo México, Colorado y Arizona es de 10 a 150 % más que el promedio nacional en el resto del país
10. Dentro de la colectividad de indios navajos no existía el cáncer, pero todos los que fueron mineros del uranio lo contrajeron. Esto produjo un escándalo en la comunidad científica de EE.UU.
11. El uranio empobrecido esparcido por las bombas aliadas contra Irak ha producido millares de muertes, especialmente entre los niños. Para ahorrar dinero y vaciar sus depósitos, los Departamentos de Defensa y de Energía ceden gratis el uranio empobrecido a las empresas de armamentos nacionales y extranjeras. Además de EE. UU. países como Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia, Grecia, Turquía, Israel, las monarquías del Golfo, Taiwan, Corea del Sur, Pakistán y Japón compran o fabrican armas con uranio empobrecido.
12. En sus 110.000 ataques aéreos contra Irak, los aviones A-10 Warthog de EE.UU. lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva terrestre sus tanques M60, MI y MIAI dispararon otros 4.000 proyectiles también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas métricas de desechos radioactivos, que podrían haber afectado ya a 250.000 iraquíes. El uranio empobrecido es altamente radioactivo y tiene una vida media de 4.500 años
13. La actividad de las plantas de energía nuclear es de 30 o 40 años. Luego se las decomisa sellándolas herméticamente. Se convierten así en un basurero nuclear eterno. Por tanto: No fabriquemos más plantas nucleares
14. Durante años arrojaron tambores con residuos radiactivos de corta y mediana actividad a los océanos garantizando su hermeticidad por 200 años. Hoy muchos ya están abiertos soltando el flagelo mortal. No se castigó a los responsables.
15. En el año 200 EEUU ya poseía cientos de miles de toneladas de escoria radiactiva que debían aislar herméticamente en sepulcros por 56.000 a 2.000.000 de años. ¿Qué se habrá hecho con estos residuos?
16. El Informe Nacional de la Cancillería a la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, reunido en Río de Janeiro en julio de 1991, dice: “A los riesgos que se producen en la minería del uranio, se suman los de la operación y básicamente los vinculados a la disposición final de los residuos del proceso”
17. En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos. Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.
18. En el yacimiento Los Gigantes (Córdoba) quedaron abandonados 600.000 toneladas de residuos marginales, 1.000.000 de toneladas de estériles, 2.400.000 toneladas de colas, 101.360 metros cúbicos de lodos y 100.0000 metros cúbicos de líquidos (se ha denunciado que otros 900.000 metros cúbicos de líquidos y lodos ácidos fueron arrojados a los afluentes del río San Antonio);
19. En Tonco (Salta) quedaron 500.000 toneladas de colas;
20. En Los Colorados (La Rioja) quedaron 937.000 toneladas, 155.000 toneladas de cola;
21. En La Estela (San Luís) quedaron 1.143.000 toneladas, 65.000 toneladas de colas;
22. En Malargüe (Mendoza) quedaron 700.000 toneladas de colas; en Huemul (Mendoza) quedaron 19.500 metros cúbicos de estériles de explotación y 2.500 metros cúbicos de marginales;
23. En Don Otto (Salta) quedaron 390.000 toneladas de colas de uranio;
24. En el Complejo Fabril San Rafael (en Sierra Pintada, Mendoza), quedaron 1.700.000 toneladas de colas de uranio, 5.340 tambores radiactivos, 153.000 metros cúbicos de residuos líquidos.
25. En la planta de enriquecimiento de uranio de Pichiñan (Chubut) quedaron 60.000 toneladas de colas.
26. En la fábrica de dióxido de uranio en la ciudad de Córdoba, Dioxitek S.A., ex Complejo Fabril Córdoba (CFC): 57.600 toneladas de colas de tratamiento.
27. La concentración máxima permitida en agua para el uranio por la Organización Mundial de la Salud es de 15 µg/L (microgramos por litro, es decir millonésimas de gramo por litro). La Argentina tiene, por razones desconocidas, permite hasta 100 µg/L. No es difícil imaginar que de una explotación de uranio surjan concentraciones sensiblemente mayores.
28. La secretaría de Salud Pública de Kiev (Ucrania) reconoce que Chernobil afectó a 5 millones de personas y la cifra no es definitiva.
29. En algunos países el pueblo decidió NO a las centrales nucleares y por votación popular deberán desmantelarlas paralizando toda su actividad. Otros toman el camino para su abandono. Varios países, en su mayoría europeos, se plantearon el abandono del uso de la energía nuclear a partir de 1987. Austria (1978), Suecia (1980) e Italia (1987) votaron en referéndum la oposición o el abandono de la energía nuclear. Entre los países que no tienen plantas nucleares y han prohibido la construcción de nuevas plantas se incluyen Australia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda y Noruega (este último tiene dos reactores de investigación). Polonia detuvo la construcción de un reactor. Bélgica, Alemania, Holanda, España y Suecia decidieron no construir nuevos reactores o tienen intenciones de abandonar la energía nuclear, aunque en su mayoría todavía dependen en mayor o menor medida de ella. Suiza tuvo una moratoria para el cese de construcción de plantas nucleares durante 10 años, pero en referéndum en 2003 se decidió no renovarla. En Argentina ya son varias las provincias que legislaron contra la instalación de repositorios y tránsito de residuos nucleares, muchos municipios se han declarado no nucleares.
30. La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Si el mineral se extrae por el método de minería a Cielo abierto con uso de sustancias tóxicas, padeceremos además de los perjuicios ocasionados por el método de lixiviación con uso de tóxicos la emisión constante desde los diques de cola de gas radón, radio y otros isótopos radiactivos ( radiación gamma). Le energía nuclear es insegura y sucia.
La Ruta del Uranio en La Rioja
La minería en Argentina: La Ruta del Uranio en La Rioja
Fecha de Publicación: 06/08/2008
Autor del Artículo: Conciencia solidaria - www.concienciasolidaria.com.ar
Provincia/Región: La Rioja
Uranio del Sur SA es una subsidiaria de la empresa Uranio AG (http://uranio.ch) con sede en Basel, Suiza, fundada en diciembre de 2006. El accionista mayoritario de Uranio AG es la minera canadiense Rome Resources Ltd. (http://romermr.com/site/), con sede en Vancouver, Columbia Británica, fundada en 1990.
El presidente de Rome Resources es Colin I. Godwin, quien también figura como director de Exploración de Uranio AG. Podría decirse que Uranio AG fue creada por Rome Resources para ingresar en el mercado del uranio.
Uranio AG tiene una larga lista de concesiones mineras en La Rioja: San Sebastian (3,450 Ha), Malanzan y Olta (58,664 Ha), Chepes (35.209 Ha), Cuandacol (41,995 Ha) y Los Colorados (10,000 Ha). Y en San Luis: Quines (6,000 Ha), Santa Rosa (9,800 Ha) y La Suiza (6,000 Ha). El total de concesiones es 22, con una superficie de unas 171,000 Ha.
La empresa Uranio del Sur SA está actualmente en un notable proceso de expansión en Argentina, y su objetivo parece ser acumular la mayor cantidad de conseciones mineras de uranio en el menor tiempo posible. Con estas conseciones, otorgadas irresponsablemente por las autoridades correspondientes de los gobiernos provinciales, se dedica a captar capitales especulativos en las bolsas de valores de Toronto y Frankfurt.
Desde hace algunos años a esta parte, el precio del uranio se ha disparado. El año pasado muchos analistas decían que iba a llegar a cotizar a 200 dólares la onza, aunque esto finalmente no ocurrió y actualmente el precio se amesetó en unos 70 u 80 dólares la onza. La apuesta de esta y otras empresas mineras de uranio que pululan por Argentina (como Blue Sky Uranium Corporation, Mega Uranium, Wealth Minerals Ltd., Urex Energy, Globe Uranium, Jackson Minerals, entre otras), es que el precio del uranio vuelva a dispararse. Con no más que una carpeta de concesiones y algunos números, estas empresas pueden conseguir un montón de dinero en la bolsa si las condiciones son favorables.
Estas mineras extranjeras operan en el país con la complicidad de autoridades o ex funcionarios de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Muchos sitios que habían sido estudiados por la CNEA años atrás, de la noche a la mañana aparecen en manos de estas empresas.
Cabe recordar que la prospección y exploración de uranio está prohibida en el estado canadiense de Columbia Británica - la prohibición rige desde el 24 de abril de este año, ver:
B.C. shuts door on uranium projects
Wendy Stueck, The Globe and Mail
25 April 2008
http://www.theglobeandmail.com/servlet/...
Es decir que Rome Resources no puede hacer en su país de origen, lo que la subsidiaria Uranio AG pretende hacer en San Luis, La Rioja y más recientemente en la Quebrada de Huamahuaca.
Ademas de la lucha preventiva en defensa del Famatina, intentamos poner también en primer plano el tema del URANIO, es otro hecho consumado e inconsulto en La Rioja, ya lo tenemos aqui en Sanagasta a solo 30 km de la Capital y a 15 km del mayor espejo de agua y nutriente hidrico de la Capital, el Dique Los Sauces.
Fecha de Publicación: 06/08/2008
Autor del Artículo: Conciencia solidaria - www.concienciasolidaria.com.ar
Provincia/Región: La Rioja
Uranio del Sur SA es una subsidiaria de la empresa Uranio AG (http://uranio.ch) con sede en Basel, Suiza, fundada en diciembre de 2006. El accionista mayoritario de Uranio AG es la minera canadiense Rome Resources Ltd. (http://romermr.com/site/), con sede en Vancouver, Columbia Británica, fundada en 1990.
El presidente de Rome Resources es Colin I. Godwin, quien también figura como director de Exploración de Uranio AG. Podría decirse que Uranio AG fue creada por Rome Resources para ingresar en el mercado del uranio.
Uranio AG tiene una larga lista de concesiones mineras en La Rioja: San Sebastian (3,450 Ha), Malanzan y Olta (58,664 Ha), Chepes (35.209 Ha), Cuandacol (41,995 Ha) y Los Colorados (10,000 Ha). Y en San Luis: Quines (6,000 Ha), Santa Rosa (9,800 Ha) y La Suiza (6,000 Ha). El total de concesiones es 22, con una superficie de unas 171,000 Ha.
La empresa Uranio del Sur SA está actualmente en un notable proceso de expansión en Argentina, y su objetivo parece ser acumular la mayor cantidad de conseciones mineras de uranio en el menor tiempo posible. Con estas conseciones, otorgadas irresponsablemente por las autoridades correspondientes de los gobiernos provinciales, se dedica a captar capitales especulativos en las bolsas de valores de Toronto y Frankfurt.
Desde hace algunos años a esta parte, el precio del uranio se ha disparado. El año pasado muchos analistas decían que iba a llegar a cotizar a 200 dólares la onza, aunque esto finalmente no ocurrió y actualmente el precio se amesetó en unos 70 u 80 dólares la onza. La apuesta de esta y otras empresas mineras de uranio que pululan por Argentina (como Blue Sky Uranium Corporation, Mega Uranium, Wealth Minerals Ltd., Urex Energy, Globe Uranium, Jackson Minerals, entre otras), es que el precio del uranio vuelva a dispararse. Con no más que una carpeta de concesiones y algunos números, estas empresas pueden conseguir un montón de dinero en la bolsa si las condiciones son favorables.
Estas mineras extranjeras operan en el país con la complicidad de autoridades o ex funcionarios de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Muchos sitios que habían sido estudiados por la CNEA años atrás, de la noche a la mañana aparecen en manos de estas empresas.
Cabe recordar que la prospección y exploración de uranio está prohibida en el estado canadiense de Columbia Británica - la prohibición rige desde el 24 de abril de este año, ver:
B.C. shuts door on uranium projects
Wendy Stueck, The Globe and Mail
25 April 2008
http://www.theglobeandmail.com/servlet/...
Es decir que Rome Resources no puede hacer en su país de origen, lo que la subsidiaria Uranio AG pretende hacer en San Luis, La Rioja y más recientemente en la Quebrada de Huamahuaca.
Ademas de la lucha preventiva en defensa del Famatina, intentamos poner también en primer plano el tema del URANIO, es otro hecho consumado e inconsulto en La Rioja, ya lo tenemos aqui en Sanagasta a solo 30 km de la Capital y a 15 km del mayor espejo de agua y nutriente hidrico de la Capital, el Dique Los Sauces.
30 Razones por el no al uranio en Córdoba
30 Razones para oponernos a la explotación de uranio en Córdoba
Fecha de Publicación: 05/06/2008
Autor del Artículo: Conciencia Solidaria
Provincia/Región: Córdoba
La ONG Conciencia Solidaria emite esta enumeración de fundamentos contra la explotación del uranio. Entre los 30 ítems señalan: “ La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer. Las minas de explotación de uranio son letales: el gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas. En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos . Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.”
30 Razones para oponernos a la explotación de uranio en Córdoba
1.-Todas las mezclas de uranio (natural, enriquecido y empobrecido) tienen los mismos efectos químicos en el cuerpo. Se trata de un material muy tóxico que afecta los sistemas óseo, renal y otros órganos del cuerpo humano. Por ser radiactivo además, es cancerígeno, sobre todo cuando se lo inhala junto al radón-222.
2.-El uranio natural se compone de tres isótopos: uranio-238, uranio-235 y uranio-234. Los isótopos del uranio son radioactivos. El núcleo de los elementos radioactivos es inestable, significa que el mismo se transforma en otros elementos, acompañado por radiación alpha o beta o gamma, poseen la habilidad de dañar y destruir las células vivas mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticos en sus descendientes. Si bien el mineral in situ posee relativamente bajos niveles de radioactividad, al abrir el yacimiento se produce la desintegración espontánea.
3.-El Plutonio es un remanente del Uranio enriquecido, utilizado en armas de aniquilación masiva. Al incentivar en el tercer mundo la tecnología nuclear, el primer mundo se hace de Plutonio sin necesidad de ser su productor directo, y deberemos entregarlo a los países autorizados para su manipulación, por ejemplo EE.UU., Francia, Inglaterra.
4.-No solo preocupan los 250.000 años de vida del plutonio. El estroncio90 y el cesio 37 son de larga vida y tan letales como el equivalente a 1000 bombas atómicas de Hiroshima. Este poder es producido por una planta de de 1000 megavatios durante UN AÑO.
5.-La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer.
6.-Las minas de explotación de uranio son letales. El gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas.
7.-En 1980 los médicos del Hospital de Shiprock en EE.UU. confirmaron que 60 de las 70 personas con cáncer de pulmón eran mineros de Uranio.
8.-Antes del 2000 se realizó una investigación en 12 central nucleares de EE.UU. por el Dr. STERNGLASS que permite afirmar que "cualquier niño que nazca dentro de la región de 50 millas de un planta nuclear pacífica, tiene una posibilidad menos de lo normal de sobrevivir al año de vida". La CEA de EE.UU. ha confirmado el número anormal de muertes de infantes cerca de las plantas investigadas.
9.-El centro Nacional de Estadísticas de la salud de EEUU. Concluyó que "el número de defectos en bebes que habitan en zonas `próximas a minas de uranio explotadas en Utha, Nuevo México, Colorado y Arizona es de 10 a 150 % más que el promedio nacional en el resto del país.
10.-Dentro de la colectividad de indios navajos no existía el cáncer, pero todos los que fueron mineros del uranio lo contrajeron. Esto produjo un escándalo en la comunidad científica de EE.UU.
11.-El uranio empobrecido esparcido por las bombas aliadas contra Irak ha producido millares de muertes, especialmente entre los niños. Para ahorrar dinero y vaciar sus depósitos, los Departamentos de Defensa y de Energía ceden gratis el uranio empobrecido a las empresas de armamentos nacionales y extranjeras. Además de EE. UU. países como Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia, Grecia, Turquía, Israel, las monarquías del Golfo, Taiwan, Corea del Sur, Pakistán y Japón compran o fabrican armas con uranio empobrecido.
12.-En sus 110.000 ataques aéreos contra Irak, los aviones A-10 Warthog de EE. UU. lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva terrestre sus tanques M60, MI y MIAI dispararon otros 4.000 proyectiles también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas métricas de desechos radioactivos, que podrían haber afectado ya a 250.000 iraquíes. El uranio empobrecido es altamente radioactivo y tiene una vida media de 4.500 años
13.-La actividad de las plantas de energía nuclear es de 30 o 40 años. Luego se las decomisa sellándolas herméticamente. Se convierten así en un basurero nuclear eterno. Por tanto: No fabriquemos más plantas nucleares.
14.-Durante años arrojaron tambores con residuos radiactivos de corta y mediana actividad a los océanos garantizando su hermeticidad por 200 años. Hoy muchos ya están abiertos soltando el flagelo mortal. No se castigó a los responsables.
15.-En el año 200 EEUU ya poseía cientos de miles de toneladas de escoria radiactiva que debían aislar herméticamente en sepulcros por 56.000 a 2.000.000de años. ¿Qué se habrá hecho con estos residuos?
16.-El Informe Nacional de la Cancillería a la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, reunido en Río de Janeiro en julio de 1991, dice: "A los riesgos que se producen en la minería del uranio, se suman los de la operación y básicamente los vinculados a la disposición final de los residuos del proceso" .
17.-En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos . Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.
18.-En el yacimiento Los Gigantes (Córdoba) quedaron abandonados 600.000 toneladas de residuos marginales, 1.000.000 de toneladas de estériles, 2.400.000 toneladas de colas, 101.360 metros cúbicos de lodos y 100.0000 metros cúbicos de líquidos (se ha denunciado que otros 900.000 metros cúbicos de líquidos y lodos ácidos fueron arrojados a los afluentes del río San Antonio);
19.-En Tonco (Salta) quedaron 500.000 toneladas de colas;
20.-En Los Colorados (La Rioja) quedaron 937.000 toneladas, 155.000 toneladas de cola;
21.-En La Estela (San Luís) quedaron 1.143.000 toneladas, 65.000 toneladas de colas;
22.-En Malargüe (Mendoza) quedaron 700.000 toneladas de colas; en Huemul (Mendoza) quedaron 19.500 metros cúbicos de estériles de explotación y 2.500 metros cúbicos de marginales;
23.-En Don Otto (Salta) quedaron 390.000 toneladas de colas de uranio;
24.-En el Complejo Fabril San Rafael (en Sierra Pintada, Mendoza), quedaron 1.700.000 toneladas de colas de uranio, 5.340 tambores radiactivos, 153.000 metros cúbicos de residuos líquidos.
25.-En la planta de enriquecimiento de uranio de Pichiñan (Chubut) quedaron 60.000 toneladas de colas.
26.- En la fábrica de dióxido de uranio en la ciudad de Córdoba, Dioxitek S.A., ex Complejo Fabril Córdoba (CFC): 57.600 toneladas de colas de tratamiento.
27.-la concentración máxima permitida en agua para el uranio por la Organización Mundial de la Salud es de 15 µg/L (microgramos por litro, es decir millonésimas de gramo por litro). La Argentina tiene, por razones desconocidas, permite hasta 100 µg/L. No es difícil imaginar que de una explotación de uranio surjan concentraciones sensiblemente mayores.
28.-La secretaría de Salud Pública de Kiev (Ucrania) reconoce que Chernobil afectó a 5 millones de personas y la cifra no es definitiva.
29.-En algunos países el pueblo decidió NO a las centrales nucleares y por votación popular deberán desmantelarlas paralizando toda su actividad. Otros toman el camino para su abandono Varios países, en su mayoría europeos, se plantearon el abandono del uso de la energía nuclear a partir de 1987. Austria (1978), Suecia (1980) e Italia (1987) votaron en referéndum la oposición o el abandono de la energía nuclear. Entre los países que no tienen plantas nucleares y han prohibido la construcción de nuevas plantas se incluyen Australia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda y Noruega (este último tiene dos reactores de investigación). Polonia detuvo la construcción de un reactor. Bélgica, Alemania, Holanda, España y Suecia decidieron no construir nuevos reactores o tienen intenciones de abandonar la energía nuclear, aunque en su mayoría todavía dependen en mayor o menor medida de ella. Suiza tuvo una moratoria para el cese de construcción de plantas nucleares durante 10 años, pero en referéndum en 2003 se decidió no renovarla. En Argentina ya son varias las provincias que legislaron contra la instalación de repositorios y tránsito de residuos nucleares, muchos municipios se han declarado no nucleares.
30.-. La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Si el mineral se extrae por el método de minería a Cielo abierto con uso de sustancias tóxicas, padeceremos además de los perjuicios ocasionados por el método de lixiviación con uso de tóxicos la emisión constante desde los diques de cola de gas radón, radio y otros isótopos radiactivos,( radiación gamma). Le energía nuclear es insegura y sucia.
NO A LA EXPLOTACION DE URANIO EN CORDOBA
NO A LA EXPLOTACION DE URANIO EN ARGENTINA
Fecha de Publicación: 05/06/2008
Autor del Artículo: Conciencia Solidaria
Provincia/Región: Córdoba
La ONG Conciencia Solidaria emite esta enumeración de fundamentos contra la explotación del uranio. Entre los 30 ítems señalan: “ La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer. Las minas de explotación de uranio son letales: el gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas. En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos . Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.”
30 Razones para oponernos a la explotación de uranio en Córdoba
1.-Todas las mezclas de uranio (natural, enriquecido y empobrecido) tienen los mismos efectos químicos en el cuerpo. Se trata de un material muy tóxico que afecta los sistemas óseo, renal y otros órganos del cuerpo humano. Por ser radiactivo además, es cancerígeno, sobre todo cuando se lo inhala junto al radón-222.
2.-El uranio natural se compone de tres isótopos: uranio-238, uranio-235 y uranio-234. Los isótopos del uranio son radioactivos. El núcleo de los elementos radioactivos es inestable, significa que el mismo se transforma en otros elementos, acompañado por radiación alpha o beta o gamma, poseen la habilidad de dañar y destruir las células vivas mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticos en sus descendientes. Si bien el mineral in situ posee relativamente bajos niveles de radioactividad, al abrir el yacimiento se produce la desintegración espontánea.
3.-El Plutonio es un remanente del Uranio enriquecido, utilizado en armas de aniquilación masiva. Al incentivar en el tercer mundo la tecnología nuclear, el primer mundo se hace de Plutonio sin necesidad de ser su productor directo, y deberemos entregarlo a los países autorizados para su manipulación, por ejemplo EE.UU., Francia, Inglaterra.
4.-No solo preocupan los 250.000 años de vida del plutonio. El estroncio90 y el cesio 37 son de larga vida y tan letales como el equivalente a 1000 bombas atómicas de Hiroshima. Este poder es producido por una planta de de 1000 megavatios durante UN AÑO.
5.-La radiactividad es una energía sutil. Sin humo sin olores, incolora, sin sentido alguno que la pueda captar. Sin embargo, si una millonésima parte de un gramo de plutonio penetra en nuestro cuerpo ocasionará cáncer.
6.-Las minas de explotación de uranio son letales. El gas radón emitido durante la explotación es radiactivo y viaja 1000 Km. con un viento de 16 Km. por hora, antes de que decaiga a la mitad su cantidad original. Estas partículas son cancerígenas.
7.-En 1980 los médicos del Hospital de Shiprock en EE.UU. confirmaron que 60 de las 70 personas con cáncer de pulmón eran mineros de Uranio.
8.-Antes del 2000 se realizó una investigación en 12 central nucleares de EE.UU. por el Dr. STERNGLASS que permite afirmar que "cualquier niño que nazca dentro de la región de 50 millas de un planta nuclear pacífica, tiene una posibilidad menos de lo normal de sobrevivir al año de vida". La CEA de EE.UU. ha confirmado el número anormal de muertes de infantes cerca de las plantas investigadas.
9.-El centro Nacional de Estadísticas de la salud de EEUU. Concluyó que "el número de defectos en bebes que habitan en zonas `próximas a minas de uranio explotadas en Utha, Nuevo México, Colorado y Arizona es de 10 a 150 % más que el promedio nacional en el resto del país.
10.-Dentro de la colectividad de indios navajos no existía el cáncer, pero todos los que fueron mineros del uranio lo contrajeron. Esto produjo un escándalo en la comunidad científica de EE.UU.
11.-El uranio empobrecido esparcido por las bombas aliadas contra Irak ha producido millares de muertes, especialmente entre los niños. Para ahorrar dinero y vaciar sus depósitos, los Departamentos de Defensa y de Energía ceden gratis el uranio empobrecido a las empresas de armamentos nacionales y extranjeras. Además de EE. UU. países como Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia, Grecia, Turquía, Israel, las monarquías del Golfo, Taiwan, Corea del Sur, Pakistán y Japón compran o fabrican armas con uranio empobrecido.
12.-En sus 110.000 ataques aéreos contra Irak, los aviones A-10 Warthog de EE. UU. lanzaron 940.000 proyectiles con uranio empobrecido, y en la ofensiva terrestre sus tanques M60, MI y MIAI dispararon otros 4.000 proyectiles también revestidos de uranio. Se estima que en la zona hay 300 toneladas métricas de desechos radioactivos, que podrían haber afectado ya a 250.000 iraquíes. El uranio empobrecido es altamente radioactivo y tiene una vida media de 4.500 años
13.-La actividad de las plantas de energía nuclear es de 30 o 40 años. Luego se las decomisa sellándolas herméticamente. Se convierten así en un basurero nuclear eterno. Por tanto: No fabriquemos más plantas nucleares.
14.-Durante años arrojaron tambores con residuos radiactivos de corta y mediana actividad a los océanos garantizando su hermeticidad por 200 años. Hoy muchos ya están abiertos soltando el flagelo mortal. No se castigó a los responsables.
15.-En el año 200 EEUU ya poseía cientos de miles de toneladas de escoria radiactiva que debían aislar herméticamente en sepulcros por 56.000 a 2.000.000de años. ¿Qué se habrá hecho con estos residuos?
16.-El Informe Nacional de la Cancillería a la Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, reunido en Río de Janeiro en julio de 1991, dice: "A los riesgos que se producen en la minería del uranio, se suman los de la operación y básicamente los vinculados a la disposición final de los residuos del proceso" .
17.-En Argentina las explotaciones de uranio realizadas hasta el momento han dejado daños ambientales catastróficos . Según la propia CNEA las minas han quedado sin remediar.
18.-En el yacimiento Los Gigantes (Córdoba) quedaron abandonados 600.000 toneladas de residuos marginales, 1.000.000 de toneladas de estériles, 2.400.000 toneladas de colas, 101.360 metros cúbicos de lodos y 100.0000 metros cúbicos de líquidos (se ha denunciado que otros 900.000 metros cúbicos de líquidos y lodos ácidos fueron arrojados a los afluentes del río San Antonio);
19.-En Tonco (Salta) quedaron 500.000 toneladas de colas;
20.-En Los Colorados (La Rioja) quedaron 937.000 toneladas, 155.000 toneladas de cola;
21.-En La Estela (San Luís) quedaron 1.143.000 toneladas, 65.000 toneladas de colas;
22.-En Malargüe (Mendoza) quedaron 700.000 toneladas de colas; en Huemul (Mendoza) quedaron 19.500 metros cúbicos de estériles de explotación y 2.500 metros cúbicos de marginales;
23.-En Don Otto (Salta) quedaron 390.000 toneladas de colas de uranio;
24.-En el Complejo Fabril San Rafael (en Sierra Pintada, Mendoza), quedaron 1.700.000 toneladas de colas de uranio, 5.340 tambores radiactivos, 153.000 metros cúbicos de residuos líquidos.
25.-En la planta de enriquecimiento de uranio de Pichiñan (Chubut) quedaron 60.000 toneladas de colas.
26.- En la fábrica de dióxido de uranio en la ciudad de Córdoba, Dioxitek S.A., ex Complejo Fabril Córdoba (CFC): 57.600 toneladas de colas de tratamiento.
27.-la concentración máxima permitida en agua para el uranio por la Organización Mundial de la Salud es de 15 µg/L (microgramos por litro, es decir millonésimas de gramo por litro). La Argentina tiene, por razones desconocidas, permite hasta 100 µg/L. No es difícil imaginar que de una explotación de uranio surjan concentraciones sensiblemente mayores.
28.-La secretaría de Salud Pública de Kiev (Ucrania) reconoce que Chernobil afectó a 5 millones de personas y la cifra no es definitiva.
29.-En algunos países el pueblo decidió NO a las centrales nucleares y por votación popular deberán desmantelarlas paralizando toda su actividad. Otros toman el camino para su abandono Varios países, en su mayoría europeos, se plantearon el abandono del uso de la energía nuclear a partir de 1987. Austria (1978), Suecia (1980) e Italia (1987) votaron en referéndum la oposición o el abandono de la energía nuclear. Entre los países que no tienen plantas nucleares y han prohibido la construcción de nuevas plantas se incluyen Australia, Austria, Dinamarca, Grecia, Irlanda y Noruega (este último tiene dos reactores de investigación). Polonia detuvo la construcción de un reactor. Bélgica, Alemania, Holanda, España y Suecia decidieron no construir nuevos reactores o tienen intenciones de abandonar la energía nuclear, aunque en su mayoría todavía dependen en mayor o menor medida de ella. Suiza tuvo una moratoria para el cese de construcción de plantas nucleares durante 10 años, pero en referéndum en 2003 se decidió no renovarla. En Argentina ya son varias las provincias que legislaron contra la instalación de repositorios y tránsito de residuos nucleares, muchos municipios se han declarado no nucleares.
30.-. La explotación del uranio es letal para los habitantes y los trabajadores de las minas. El daño ambiental es irrecuperable. Si el mineral se extrae por el método de minería a Cielo abierto con uso de sustancias tóxicas, padeceremos además de los perjuicios ocasionados por el método de lixiviación con uso de tóxicos la emisión constante desde los diques de cola de gas radón, radio y otros isótopos radiactivos,( radiación gamma). Le energía nuclear es insegura y sucia.
NO A LA EXPLOTACION DE URANIO EN CORDOBA
NO A LA EXPLOTACION DE URANIO EN ARGENTINA
Uranio: minería de alto impacto
Uranio: minería de alto impacto para una industria de alto riesgo
Fecha de Publicación: 22/05/2008
Autor del Artículo: Juan Carlos Villalonga - Greenpeace Argentina
Provincia/Región: Nacional
La explosiva expansión de los proyectos mineros en la Argentina está impulsada por medidas adoptadas por las propias autoridades nacionales y un contexto de precios internacionales que tornan a esos proyectos particularmente atractivo en términos económicos.
La expansión minera en búsqueda de materiales, por lo general suntuosos y de carente de valor para el desarrollo real de la sociedad torna más escandaloso e inaceptable el permitir la degradación ambiental y el poner bajo riesgo las escasas fuentes de agua potable.
Caso emblemático de esta situación ha sido el “boom” que ha tenido la minería de oro desde hace algunos años. A este proceso de suma la creciente ola de inversiones para explotar el uranio existente en algunos sitios de la Argentina. Nuevamente, decisiones gubernamentales locales e intereses promovidos por el mercado internacional aparecen en varias provincias.
Por un lado tenemos la pretendida reactivación de la actividad nuclear nacional que está impulsando a la Comisión Nacional de Energía Atónica (CNEA) y el Gobierno Nacional para a reabrir y explotar nuevos yacimientos de uranio. La CNEA ya ha acordado con el gobierno de Salta la explotación de Cerro Otto.
Cuando hablamos de minería de uranio debemos señalar que se trata de una minería de alto riesgo para los trabajadores y para el medioambiente. Además, debemos señalar que la CNEA mantiene un pasivo ambiental en todos los sitios donde ha estado extrayendo y procesando uranio desde su origen al día de hoy. Ejemplos de esa situación la tenemos en Don Otto (Salta), Los Adobes (Chubut), Los Gigantes (Córdoba), La Estela (San Luis), Malargüe (Mendoza), Sierra Pintada (Mendoza) y Los Colorados (La Rioja). Un total de 4.715.000 toneladas de residuos conteniendo uranio. Antes que pensar en abrir nuevas minas de uranio, la CNEA debería destinar esfuerzos técnicos y económicos para remediar esas zonas donde su intervención años atrás dejó terrenos sin remediar.
A esta actividad que desarrolla la CNEA se suma ahora el interés internacional, dado los bajos costos locales y el alto precio del uranio. Así se suman empresas que llegan a la Argentina para extraer uranio para proveer al mercado internacional como es el caso de las compañías Wealth Resources, Mega Uranium, Maple y Marifil y Madero Minerals de Canadá y la Globe Uranium de Australia. Córdoba, Neuquén, Mendoza, Salta, La Rioja, Catamarca y Santa Cruz son las provincias bajo la mira internacional.
Justamente las actividades de una compañía Canadiense ya han despertado la movilización y preocupación de vecinos en la zona de Fiambalá. Así esa zona se suma a las decenas de sitios cordilleranos que se encuentran amenazados por la actividad minera y donde una fuerte movilización procura ponerles freno.
En el caso del uranio, no sólo por los riesgos que representa en sí misma la minería a escala local y regional, sino que además se trata del combustible esencial para alimentar una industria de alto riesgo como es la producción nucleoeléctrica. Actividad de la que podríamos prescindir perfectamente si se hiciera un uso intenso de las energías renovables disponibles, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Por esta razón, resultan inaceptables los riesgos que la minería de uranio representa para estas comunidades locales. No es necesaria la industria nuclear, debemos poner el acento en otra dirección energética. Fuentes energéticas que no nos dejen como legado contaminación ambiental ni dependan de recursos escasos y cuya extracción hace peligrar los recursos naturales de las zonas explotadas.
Para un panorama completo de la minería en la Argentina, ver el informe emitido en TN-Ecología el pasado sábado 17 de mayo.
Fecha de Publicación: 22/05/2008
Autor del Artículo: Juan Carlos Villalonga - Greenpeace Argentina
Provincia/Región: Nacional
La explosiva expansión de los proyectos mineros en la Argentina está impulsada por medidas adoptadas por las propias autoridades nacionales y un contexto de precios internacionales que tornan a esos proyectos particularmente atractivo en términos económicos.
La expansión minera en búsqueda de materiales, por lo general suntuosos y de carente de valor para el desarrollo real de la sociedad torna más escandaloso e inaceptable el permitir la degradación ambiental y el poner bajo riesgo las escasas fuentes de agua potable.
Caso emblemático de esta situación ha sido el “boom” que ha tenido la minería de oro desde hace algunos años. A este proceso de suma la creciente ola de inversiones para explotar el uranio existente en algunos sitios de la Argentina. Nuevamente, decisiones gubernamentales locales e intereses promovidos por el mercado internacional aparecen en varias provincias.
Por un lado tenemos la pretendida reactivación de la actividad nuclear nacional que está impulsando a la Comisión Nacional de Energía Atónica (CNEA) y el Gobierno Nacional para a reabrir y explotar nuevos yacimientos de uranio. La CNEA ya ha acordado con el gobierno de Salta la explotación de Cerro Otto.
Cuando hablamos de minería de uranio debemos señalar que se trata de una minería de alto riesgo para los trabajadores y para el medioambiente. Además, debemos señalar que la CNEA mantiene un pasivo ambiental en todos los sitios donde ha estado extrayendo y procesando uranio desde su origen al día de hoy. Ejemplos de esa situación la tenemos en Don Otto (Salta), Los Adobes (Chubut), Los Gigantes (Córdoba), La Estela (San Luis), Malargüe (Mendoza), Sierra Pintada (Mendoza) y Los Colorados (La Rioja). Un total de 4.715.000 toneladas de residuos conteniendo uranio. Antes que pensar en abrir nuevas minas de uranio, la CNEA debería destinar esfuerzos técnicos y económicos para remediar esas zonas donde su intervención años atrás dejó terrenos sin remediar.
A esta actividad que desarrolla la CNEA se suma ahora el interés internacional, dado los bajos costos locales y el alto precio del uranio. Así se suman empresas que llegan a la Argentina para extraer uranio para proveer al mercado internacional como es el caso de las compañías Wealth Resources, Mega Uranium, Maple y Marifil y Madero Minerals de Canadá y la Globe Uranium de Australia. Córdoba, Neuquén, Mendoza, Salta, La Rioja, Catamarca y Santa Cruz son las provincias bajo la mira internacional.
Justamente las actividades de una compañía Canadiense ya han despertado la movilización y preocupación de vecinos en la zona de Fiambalá. Así esa zona se suma a las decenas de sitios cordilleranos que se encuentran amenazados por la actividad minera y donde una fuerte movilización procura ponerles freno.
En el caso del uranio, no sólo por los riesgos que representa en sí misma la minería a escala local y regional, sino que además se trata del combustible esencial para alimentar una industria de alto riesgo como es la producción nucleoeléctrica. Actividad de la que podríamos prescindir perfectamente si se hiciera un uso intenso de las energías renovables disponibles, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Por esta razón, resultan inaceptables los riesgos que la minería de uranio representa para estas comunidades locales. No es necesaria la industria nuclear, debemos poner el acento en otra dirección energética. Fuentes energéticas que no nos dejen como legado contaminación ambiental ni dependan de recursos escasos y cuya extracción hace peligrar los recursos naturales de las zonas explotadas.
Para un panorama completo de la minería en la Argentina, ver el informe emitido en TN-Ecología el pasado sábado 17 de mayo.
La amenaza del uranio
La amenaza del uranio
Fecha de Publicación: 05/05/2008
Autor del Artículo:Haidé Delia Giri -Senadora de la Nación - Publicado en La Voz del Interior del 05/05/2008
Provincia/Región: Córdoba
Los cordobeses tenemos razones más que suficientes para oponernos a la nueva posibilidad de desarrollar en el territorio actividades asociadas al mineral.
Hace muy poco, diferentes grupos ambientalistas y vecinos del Valle de Traslasierra me hicieron llegar su preocupación y alarma ante la posible extracción de uranio en una vasta región de la Pampa de Achala, provincia de Córdoba.
Les confieso que mi primera reacción fue la de cualquier ciudadano, es decir, una profunda sensación de temor ante la sola mención de la palabra uranio. Tristes experiencias registra el mundo por el uso de la energía nuclear alimentada por uranio, pensé.
Después del primer impacto me pareció que el tema ameritaba una investigación más profunda, al menos para mí, que provengo de otra disciplina. Mi responsabilidad como senadora de la Nación me exige emitir opiniones sensatas y fundamentadas.
Cada vez que se habla de cuestiones de protección ambiental, aparecen “las de cal y las de arena”. Intereses que se contraponen, detractores y defensores a ultranza. Los fundamentalismos a la orden del día.
En la década del ‘90, por decisión del Gobierno nacional, se suspendió la producción de uranio en el país. Desde entonces, Argentina importa 130 toneladas de este mineral por año, a un costo estimado en 36 millones de dólares. Con la crisis petrolera, el precio del uranio subió de 25 dólares el kilogramo a 312 dólares por kilo. Fuentes de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), aseguran que producirlo aquí costará menos de la mitad de aquel valor y generará cientos de puestos de trabajo.
El Gobierno nacional, por su parte, ha reafirmado la voluntad de continuar el Plan Nuclear Argentino y además, en febrero de 2008, Argentina y Brasil firmaron un convenio para crear una empresa binacional con el fin de producir uranio enriquecido a escala industrial. Todo esto pareciera indicar que la necesidad nacional de producir este mineral es un hecho cimentado en una política pública.
Una decisión difícil
Cabe preguntarse entonces, dónde y cómo extraerlo y con qué tecnología procesarlo. Prever impactos y consecuencias, conservar la calidad de vida de la población, defender las economías regionales y promover desarrollos sustentables.
Actualmente, pese a los riesgos que implica, muchos países consideran a la energía nuclear como una energía “limpia” y la utilizan como principal proceso de generación de electricidad (Japón, Estados Unidos, entre otros). Otros, en cambio, están convencidos de su peligrosidad y optan por otras formas de producir energía (eólica, solar).
Tal vez la pregunta obligada sea ¿a dónde derivan los residuos estos países como Japón y Estados Unidos? Ésta es una cuestión central. Los que conocen del tema afirman con certeza que el uranio genera pasivos ambientales que continúan siendo radiactivos por millones de años. Esto, además de ser un riesgo para la salud es, por otra parte, una posibilidad latente de accidentes nucleares. Si esto ocurriera, un reactor se vuelve incontrolable, produciendo una explosión como si fuera una pequeña bomba atómica. Y vaya si el mundo tiene presente esta tragedia con la experiencia en Chernobyl.
Ahora bien, ¿quién toma la decisión acerca de dónde extraer uranio? La Constitución Nacional establece en su artículo 128 que “corresponde a las Provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. ¿Debe Córdoba, con esta potestad soberana que le confiere la Carta Magna, seguir permitiendo que en su territorio se desarrollen este tipo de actividades mineras? ¿Acaso no es suficiente el conflicto que nuestra Provincia mantiene con la Comisión Nacional de Energía Atómica por los pasivos ambientales que quedaron en la zona de los Gigantes como consecuencia de la explotación de uranio entre 1982 y 1990 con el riesgo que ello implicaba para el río San Antonio, afluente del lago San Roque, del que nos proveemos de agua potable los cordobeses de la Capital? ¿Y las toneladas de residuos radiactivos que se guardan en dudosas condiciones en el barrio Alta Córdoba, a la espera de que este mismo organismo les dé un destino que mejore la calidad del ambiente?
Creo que los cordobeses tenemos razones más que suficientes para oponernos a una nueva posibilidad de desarrollar en el territorio actividades asociadas a la extracción y procesamiento de uranio. Actualmente la Cnea solicitó autorización a la Secretaría de Minería de la Provincia para explorar este mineral en una zona ubicada 40 kilómetros al nordeste de Villa Dolores. El área coincidiría en el 80 por ciento con la reserva hídrica de la Pampa de Achala y abarcaría una extensión de casi cinco mil hectáreas.
A esta altura de los acontecimientos, conviene recordar que la Pampa de Achala es una especie de gran “esponja” que se carga de agua durante el período de lluvias y alimenta durante todo el año a un conjunto de ríos que representan la cuenca acuífera más importante –en realidad, la única– del centro del país. Esta vital reserva hídrica es, además, una región dedicada principalmente al turismo y a la agricultura alternativa, con productos que en muchos casos tienen valor agregado por su condición orgánica.
La salud en riesgo
Muchos afirman que Argentina necesita extraer y procesar uranio. La tendencia de futuro, según ellos, es que la mayoría de los países utilizarán reactores nucleares para abastecerse de energía eléctrica. Se trata de una “energía limpia”, dicen, con tecnología desarrollada. Si esto fuera así, lo cual personalmente me genera más dudas que certezas, lo que resulta inaceptable es que esa extracción se produzca allí donde grandes masas de población se abastecen de algo tan vital como el agua, o donde las economías regionales han ido conformando un perfil turístico o productivo que un emprendimiento de esta naturaleza echaría por la borda. Y lo que es más, el riego para la salud de la gente ¿no cuenta?
Acompaño a todos los que se movilizan ante esta posibilidad de extracción de uranio en esta Provincia y pido a quienes tienen el poder soberano de tomar decisiones, sensatez en las mismas. Córdoba, nuestra Córdoba, no soporta más medidas que vulneren su ambiente y ataquen la calidad de vida de sus pobladores. Es altamente riesgoso repetir experiencias similares a las que todavía no podemos remediar. Los Gigantes, la planta de Alta Córdoba, aún esperan soluciones más apropiadas.
Si Argentina necesita extraer uranio, debe hacerlo en lugares alejados de centros urbanos, o de zonas en donde se consolida un perfil productivo respetuoso y consecuente con la protección de la naturaleza, o de cuencas de agua potable y otras reservas, Toda política pública que se desarrolle en este campo debe apuntar a la búsqueda de consensos y de herramientas más que cuidadosas, que hagan de la explotación minera una actividad compatible con el bienestar general.
Fecha de Publicación: 05/05/2008
Autor del Artículo:Haidé Delia Giri -Senadora de la Nación - Publicado en La Voz del Interior del 05/05/2008
Provincia/Región: Córdoba
Los cordobeses tenemos razones más que suficientes para oponernos a la nueva posibilidad de desarrollar en el territorio actividades asociadas al mineral.
Hace muy poco, diferentes grupos ambientalistas y vecinos del Valle de Traslasierra me hicieron llegar su preocupación y alarma ante la posible extracción de uranio en una vasta región de la Pampa de Achala, provincia de Córdoba.
Les confieso que mi primera reacción fue la de cualquier ciudadano, es decir, una profunda sensación de temor ante la sola mención de la palabra uranio. Tristes experiencias registra el mundo por el uso de la energía nuclear alimentada por uranio, pensé.
Después del primer impacto me pareció que el tema ameritaba una investigación más profunda, al menos para mí, que provengo de otra disciplina. Mi responsabilidad como senadora de la Nación me exige emitir opiniones sensatas y fundamentadas.
Cada vez que se habla de cuestiones de protección ambiental, aparecen “las de cal y las de arena”. Intereses que se contraponen, detractores y defensores a ultranza. Los fundamentalismos a la orden del día.
En la década del ‘90, por decisión del Gobierno nacional, se suspendió la producción de uranio en el país. Desde entonces, Argentina importa 130 toneladas de este mineral por año, a un costo estimado en 36 millones de dólares. Con la crisis petrolera, el precio del uranio subió de 25 dólares el kilogramo a 312 dólares por kilo. Fuentes de la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea), aseguran que producirlo aquí costará menos de la mitad de aquel valor y generará cientos de puestos de trabajo.
El Gobierno nacional, por su parte, ha reafirmado la voluntad de continuar el Plan Nuclear Argentino y además, en febrero de 2008, Argentina y Brasil firmaron un convenio para crear una empresa binacional con el fin de producir uranio enriquecido a escala industrial. Todo esto pareciera indicar que la necesidad nacional de producir este mineral es un hecho cimentado en una política pública.
Una decisión difícil
Cabe preguntarse entonces, dónde y cómo extraerlo y con qué tecnología procesarlo. Prever impactos y consecuencias, conservar la calidad de vida de la población, defender las economías regionales y promover desarrollos sustentables.
Actualmente, pese a los riesgos que implica, muchos países consideran a la energía nuclear como una energía “limpia” y la utilizan como principal proceso de generación de electricidad (Japón, Estados Unidos, entre otros). Otros, en cambio, están convencidos de su peligrosidad y optan por otras formas de producir energía (eólica, solar).
Tal vez la pregunta obligada sea ¿a dónde derivan los residuos estos países como Japón y Estados Unidos? Ésta es una cuestión central. Los que conocen del tema afirman con certeza que el uranio genera pasivos ambientales que continúan siendo radiactivos por millones de años. Esto, además de ser un riesgo para la salud es, por otra parte, una posibilidad latente de accidentes nucleares. Si esto ocurriera, un reactor se vuelve incontrolable, produciendo una explosión como si fuera una pequeña bomba atómica. Y vaya si el mundo tiene presente esta tragedia con la experiencia en Chernobyl.
Ahora bien, ¿quién toma la decisión acerca de dónde extraer uranio? La Constitución Nacional establece en su artículo 128 que “corresponde a las Provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. ¿Debe Córdoba, con esta potestad soberana que le confiere la Carta Magna, seguir permitiendo que en su territorio se desarrollen este tipo de actividades mineras? ¿Acaso no es suficiente el conflicto que nuestra Provincia mantiene con la Comisión Nacional de Energía Atómica por los pasivos ambientales que quedaron en la zona de los Gigantes como consecuencia de la explotación de uranio entre 1982 y 1990 con el riesgo que ello implicaba para el río San Antonio, afluente del lago San Roque, del que nos proveemos de agua potable los cordobeses de la Capital? ¿Y las toneladas de residuos radiactivos que se guardan en dudosas condiciones en el barrio Alta Córdoba, a la espera de que este mismo organismo les dé un destino que mejore la calidad del ambiente?
Creo que los cordobeses tenemos razones más que suficientes para oponernos a una nueva posibilidad de desarrollar en el territorio actividades asociadas a la extracción y procesamiento de uranio. Actualmente la Cnea solicitó autorización a la Secretaría de Minería de la Provincia para explorar este mineral en una zona ubicada 40 kilómetros al nordeste de Villa Dolores. El área coincidiría en el 80 por ciento con la reserva hídrica de la Pampa de Achala y abarcaría una extensión de casi cinco mil hectáreas.
A esta altura de los acontecimientos, conviene recordar que la Pampa de Achala es una especie de gran “esponja” que se carga de agua durante el período de lluvias y alimenta durante todo el año a un conjunto de ríos que representan la cuenca acuífera más importante –en realidad, la única– del centro del país. Esta vital reserva hídrica es, además, una región dedicada principalmente al turismo y a la agricultura alternativa, con productos que en muchos casos tienen valor agregado por su condición orgánica.
La salud en riesgo
Muchos afirman que Argentina necesita extraer y procesar uranio. La tendencia de futuro, según ellos, es que la mayoría de los países utilizarán reactores nucleares para abastecerse de energía eléctrica. Se trata de una “energía limpia”, dicen, con tecnología desarrollada. Si esto fuera así, lo cual personalmente me genera más dudas que certezas, lo que resulta inaceptable es que esa extracción se produzca allí donde grandes masas de población se abastecen de algo tan vital como el agua, o donde las economías regionales han ido conformando un perfil turístico o productivo que un emprendimiento de esta naturaleza echaría por la borda. Y lo que es más, el riego para la salud de la gente ¿no cuenta?
Acompaño a todos los que se movilizan ante esta posibilidad de extracción de uranio en esta Provincia y pido a quienes tienen el poder soberano de tomar decisiones, sensatez en las mismas. Córdoba, nuestra Córdoba, no soporta más medidas que vulneren su ambiente y ataquen la calidad de vida de sus pobladores. Es altamente riesgoso repetir experiencias similares a las que todavía no podemos remediar. Los Gigantes, la planta de Alta Córdoba, aún esperan soluciones más apropiadas.
Si Argentina necesita extraer uranio, debe hacerlo en lugares alejados de centros urbanos, o de zonas en donde se consolida un perfil productivo respetuoso y consecuente con la protección de la naturaleza, o de cuencas de agua potable y otras reservas, Toda política pública que se desarrolle en este campo debe apuntar a la búsqueda de consensos y de herramientas más que cuidadosas, que hagan de la explotación minera una actividad compatible con el bienestar general.
Uranio enTraslasierra: denuncias de FUNAM
Uranio enTraslasierra: denuncias de FUNAM contra CNEA y Secretaría de Minería
Fecha de Publicación: 09/04/2008
Autor del Artículo: Raúl Montenegro - Funam
CÓRDOBA: CNEA VUELVE A LA CARGA PARA BUSCAR URANIO EN TRASLASIERRA.- DURA REACCIÓN DE FUNAM CONTRA CNEA Y LA SECRETARÍA DE MINERÍA.-
EL DR. RAÚL MONTENEGRO LE PIDIÓ AL GOBIERNO DE CÓRDOBA QUE DECLARE "ZONA DE EXCLUSIÓN MINERA LA CUENCA DEL ARROYO CHICO DE NONO, LA CUENCA DEL RÍO MINA CLAVERO Y LA TOTALIDAD DE LA RESERVA HÍDRICA PAMPA DE ACHALA.- DE ESTE MODO NO PODRÁN BUSCAR URANIO NI OTROS MINERALES METALÍFEROS EN UNA ZONA DONDE LA PRIORIDAD ES PROVEER AGUA PURA PARA EL VALLE".-
MONTENEGRO AGREGÓ QUE CNEA "NO TIENE AUTORIDAD MORAL NI TÉCNICA PARA BUSCAR URANIO EN LA PROVINCIA PORQUE SIGUE MANTENIENDO MÁS DE 4 MILLONES DE TONELADAS DE RESIDUOS RADIACTIVOS DE BAJA ACTIVIDAD, SIN TRATAR DEBIDAMENTE, EN LOS GIGANTES Y BARRIO ALTA CÓRDOBA".
MONTENEGRO INDICÓ QUE LA PROSPECCIÓN DE URANIO EN LAS SIERRAS DE CÓRDOBA "ES INACEPTABLE" Y "VIOLA EN FORMA FLAGRANTE LAS ORDENANZAS MUNICIPALES QUE DECLARARON A NONO Y MINA CLAVERO COMO ZONAS NO NUCLEARES".
GRAVE DENUNCIA.- FUNAM CALIFICÓ DE "MAL HECHO" EL INFORME QUE PRESENTÓ CNEA A LA PROVINCIA PARA PODER BUSCAR URANIO, Y DE HABER SIDO "MAL EVALUADO" POR LA SECRETARÍA DE MINERÍA.- CNEA Y EL GOBIERNO OLVIDARON EVALUAR EL IMPACTO QUE TENDRÍA LA BÚSQUEDA DE URANIO SOBRE EL TURISMO Y LA AGRICULTURA LOCAL.- "EN EL MEJOR DE LOS CASOS LOS RESPONSABLES DE CNEA Y MINERÍA ACTUARON COMO APRENDICES, NO COMO PROFESIONALES CAPACITADOS", SOSTUVO MONTENEGRO.
La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), una organización con status consultivo en Naciones Unidas y miembro de la RENACE, reaccionó con dureza ante la posibilidad de que CNEA busque nuevamente uranio en Traslasierra. El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM y premio Nóbel Alternativo 2004 le pidió al gobierno de Córdoba que declare "zona de exclusión minera la cuenca del arroyo chico de Nono, la cuenca del río Mina Clavero y la totalidad de la Reserva Hídrica Pampa de Achala. De este modo no podrán buscar uranio ni otros minerales metalíferos en una zona donde la prioridad es proveer agua pura para el valle". Montenegro sostuvo que CNEA "no tiene autoridad moral ni técnica para buscar uranio en las Sierras de Córdoba porque su mina de uranio de Los Gigantes, aguas arriba de Villa Carlos Paz, contaminó indiscriminadamente el río San Antonio e hizo peligrar la actividad turística del valle de Punilla hasta que logramos su cierre en 1989. Peor aún, CNEA ni siquiera ha remediado las miles de toneladas de residuos radiactivos de baja actividad que guarda en pésimas condiciones en barrio Alta Córdoba, donde yacen 36.000 toneladas de residuos, almacenados sin membranas, y en la mina de uranio de Los Gigantes, que tiene más de 4 millones de toneladas de residuos sólidos con uranio y unos 100.000 metros cúbicos de aguas contaminadas".
Montenegro indicó que la prospección de uranio en la zona "es inaceptable" y "viola en forma flagrante las ordenanzas municipales n° 429 y 025 que declararon a Mina Clavero y Nono, respectivamente, como zonas no nucleares en 1992. Tenemos presentes estas prohibiciones porque a los proyectos de ordenanza los redactó FUNAM para frenar los intentos de CNEA de buscar uranio en Traslasierra, algo que finalmente los vecinos consiguieron".
FUNAM calificó de "mal hecho" el informe que presentó CNEA a la provincia para poder buscar uranio, y de haber sido "mal evaluado" por la Secretaría de Minería. El Dr. Raúl Montenegro indicó que CNEA y el gobierno "olvidaron evaluar el impacto que tendría la búsqueda de uranio sobre el turismo y la agricultura local. En el mejor de los casos los responsables de CNEA y la Secretaría de Minería actuaron como aprendices, no como profesionales capacitados".
FUNAM denunció que el informe de impacto ambiental que presentó la CNEA al gobierno de Córdoba para que se le autorice la prospección de uranio en Traslasierra "es técnicamente inaceptable" porque "no evaluó el impacto negativo del cateo sobre las actividades turísticas y productivas del valle".
El biólogo Raúl Montenegro recordó por otra parte que funcionarios de la Secretaría de Minería habían analizado el informe de impacto ambiental "sin darse cuenta que faltaba evaluar el impacto del cateo sobre las actividades turísticas y productivas, y lo que más serio aún, consideraron que 'podía emitirse la declaración de impacto ambiental relativa a la autorización de la búsqueda de uranio'. Es decir que la Unidad de Gestión Ambiental Provincial, UGAP, ya le dio su visto bueno en febrero del año pasado". Agregó que esa Unidad de la Secretaría de Minería "solo le impuso a CNEA dos exigencias casi irrelevantes" y que "no evaluó el impacto de la prospección de uranio en el turismo y las actividades agrícolas".
Fecha de Publicación: 09/04/2008
Autor del Artículo: Raúl Montenegro - Funam
CÓRDOBA: CNEA VUELVE A LA CARGA PARA BUSCAR URANIO EN TRASLASIERRA.- DURA REACCIÓN DE FUNAM CONTRA CNEA Y LA SECRETARÍA DE MINERÍA.-
EL DR. RAÚL MONTENEGRO LE PIDIÓ AL GOBIERNO DE CÓRDOBA QUE DECLARE "ZONA DE EXCLUSIÓN MINERA LA CUENCA DEL ARROYO CHICO DE NONO, LA CUENCA DEL RÍO MINA CLAVERO Y LA TOTALIDAD DE LA RESERVA HÍDRICA PAMPA DE ACHALA.- DE ESTE MODO NO PODRÁN BUSCAR URANIO NI OTROS MINERALES METALÍFEROS EN UNA ZONA DONDE LA PRIORIDAD ES PROVEER AGUA PURA PARA EL VALLE".-
MONTENEGRO AGREGÓ QUE CNEA "NO TIENE AUTORIDAD MORAL NI TÉCNICA PARA BUSCAR URANIO EN LA PROVINCIA PORQUE SIGUE MANTENIENDO MÁS DE 4 MILLONES DE TONELADAS DE RESIDUOS RADIACTIVOS DE BAJA ACTIVIDAD, SIN TRATAR DEBIDAMENTE, EN LOS GIGANTES Y BARRIO ALTA CÓRDOBA".
MONTENEGRO INDICÓ QUE LA PROSPECCIÓN DE URANIO EN LAS SIERRAS DE CÓRDOBA "ES INACEPTABLE" Y "VIOLA EN FORMA FLAGRANTE LAS ORDENANZAS MUNICIPALES QUE DECLARARON A NONO Y MINA CLAVERO COMO ZONAS NO NUCLEARES".
GRAVE DENUNCIA.- FUNAM CALIFICÓ DE "MAL HECHO" EL INFORME QUE PRESENTÓ CNEA A LA PROVINCIA PARA PODER BUSCAR URANIO, Y DE HABER SIDO "MAL EVALUADO" POR LA SECRETARÍA DE MINERÍA.- CNEA Y EL GOBIERNO OLVIDARON EVALUAR EL IMPACTO QUE TENDRÍA LA BÚSQUEDA DE URANIO SOBRE EL TURISMO Y LA AGRICULTURA LOCAL.- "EN EL MEJOR DE LOS CASOS LOS RESPONSABLES DE CNEA Y MINERÍA ACTUARON COMO APRENDICES, NO COMO PROFESIONALES CAPACITADOS", SOSTUVO MONTENEGRO.
La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), una organización con status consultivo en Naciones Unidas y miembro de la RENACE, reaccionó con dureza ante la posibilidad de que CNEA busque nuevamente uranio en Traslasierra. El Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM y premio Nóbel Alternativo 2004 le pidió al gobierno de Córdoba que declare "zona de exclusión minera la cuenca del arroyo chico de Nono, la cuenca del río Mina Clavero y la totalidad de la Reserva Hídrica Pampa de Achala. De este modo no podrán buscar uranio ni otros minerales metalíferos en una zona donde la prioridad es proveer agua pura para el valle". Montenegro sostuvo que CNEA "no tiene autoridad moral ni técnica para buscar uranio en las Sierras de Córdoba porque su mina de uranio de Los Gigantes, aguas arriba de Villa Carlos Paz, contaminó indiscriminadamente el río San Antonio e hizo peligrar la actividad turística del valle de Punilla hasta que logramos su cierre en 1989. Peor aún, CNEA ni siquiera ha remediado las miles de toneladas de residuos radiactivos de baja actividad que guarda en pésimas condiciones en barrio Alta Córdoba, donde yacen 36.000 toneladas de residuos, almacenados sin membranas, y en la mina de uranio de Los Gigantes, que tiene más de 4 millones de toneladas de residuos sólidos con uranio y unos 100.000 metros cúbicos de aguas contaminadas".
Montenegro indicó que la prospección de uranio en la zona "es inaceptable" y "viola en forma flagrante las ordenanzas municipales n° 429 y 025 que declararon a Mina Clavero y Nono, respectivamente, como zonas no nucleares en 1992. Tenemos presentes estas prohibiciones porque a los proyectos de ordenanza los redactó FUNAM para frenar los intentos de CNEA de buscar uranio en Traslasierra, algo que finalmente los vecinos consiguieron".
FUNAM calificó de "mal hecho" el informe que presentó CNEA a la provincia para poder buscar uranio, y de haber sido "mal evaluado" por la Secretaría de Minería. El Dr. Raúl Montenegro indicó que CNEA y el gobierno "olvidaron evaluar el impacto que tendría la búsqueda de uranio sobre el turismo y la agricultura local. En el mejor de los casos los responsables de CNEA y la Secretaría de Minería actuaron como aprendices, no como profesionales capacitados".
FUNAM denunció que el informe de impacto ambiental que presentó la CNEA al gobierno de Córdoba para que se le autorice la prospección de uranio en Traslasierra "es técnicamente inaceptable" porque "no evaluó el impacto negativo del cateo sobre las actividades turísticas y productivas del valle".
El biólogo Raúl Montenegro recordó por otra parte que funcionarios de la Secretaría de Minería habían analizado el informe de impacto ambiental "sin darse cuenta que faltaba evaluar el impacto del cateo sobre las actividades turísticas y productivas, y lo que más serio aún, consideraron que 'podía emitirse la declaración de impacto ambiental relativa a la autorización de la búsqueda de uranio'. Es decir que la Unidad de Gestión Ambiental Provincial, UGAP, ya le dio su visto bueno en febrero del año pasado". Agregó que esa Unidad de la Secretaría de Minería "solo le impuso a CNEA dos exigencias casi irrelevantes" y que "no evaluó el impacto de la prospección de uranio en el turismo y las actividades agrícolas".
Atucha II: El tamaño del disparate
Atucha II: El tamaño del disparate
Fecha de Publicación: 27/02/2008
Autor del Artículo: Juan Carlos Villalonga, Director Político de Greenpeace Argentina
Greenpeace denuncia que el proyecto del gobierno de finalizar Atucha II es caro, tecnológicamente obsoleto e implica un alto riesgo.
En las actuales conversaciones bilaterales con Brasil aparece una posible “cooperación nuclear” que incluye transferencia de tecnología en materia de uranio enriquecido y apoyos mutuos para la construcción de plantas atómicas. En ese marco vuelve a aparecer Atucha II como eterno pasivo que nadie se atreve a enterrar. Una recurrente idea fija en todas las administraciones nacionales desde 1984 hasta hoy. Desde entonces, cada nuevo gobierno hizo, a su modo, sus propias promesas al tiempo que se disponían nuevos gastos en el sector, otorgándole a Atucha II y al sector nuclear, una condición de actividad “estratégica” de Estado que, sin más argumentos que este, convalida cualquier decisión e inhibe todo tipo de debate.
Como sociedad podemos discutir, y así se lo hace, desde las condiciones de funcionamiento de una refinería de petróleo a una planta de celulosa o la construcción de un gasoducto. Ahora, pretender discutir la racionalidad de continuar con Atucha II supone la difícil tarea de perforar un blindaje conformado por conceptos tales como “proyecto emblemático”, “sensible y de carácter estratégico” y otros similares. Esta asociación de Atucha II con una cuestión de alta sensibilidad en materia política y estratégica ha prendido en la inmensa mayoría de la dirigencia política nacional. Lo nuclear, lamentablemente, sigue generando una dosis de fascinación en la dirigencia política que permite adoptar las decisiones más disparatadas en términos económicos, energéticos y ambientales.
Esta historia arranca casi 30 años atrás. La decisión de construir Atucha II, la tercera planta atómica de la Argentina, fue adoptada durante la dictadura militar en los últimos años de la década del ’70, como parte de un plan de desarrollo atómico que hoy ya no existe. Cuando el Presidente Néstor Kirchner presentó a comienzos de 2004 su plan energético, Greenpeace señaló que debía tenerse en cuenta que la decisión de construir Atucha II fue adoptada dentro de otro marco político, señalando en ese entonces lo “notablemente diferente del contexto energético y tecnológico a más de dos décadas de diferencia”.
Precisamente ese diferente contexto tecnológico es lo que desde la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) y ahora desde la propia Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) se ha señalado que el diseño de Atucha II es absolutamente impropio en la era post-Chernobyl, etapa en que la revisión de diseños y mejoramiento de los sistemas de seguridad tuvieron una enorme inversión y desarrollo. Según el artículo, especialistas del sector, admitieron que Atucha II tiene dificultades de diseño en materia de seguridad ya que no asume la experiencia dejada por el accidente de Chernobyl en 1986.
Los contratos para la construcción de Atucha II fueron firmados en mayo de 1980 y ratificados por la Junta Militar en julio de ese año. Las obras comenzaron en marzo de 1981 y alcanzaron casi su estado actual de avance durante los años 1982 y 1983. La decisión de construir Atucha II fue claramente parte de un programa nuclear cuyo objetivo central era político y militarista, no un programa energético. Cuando acaba el gobierno militar, a finales de 1983, comienzan los problemas para continuar esta obra.
La propia decisión tecnológica para Atucha se fundamentó en razones de estrategia de negocios de la dictadura militar, eso motivó la elección de la Siemens KWU para construir un reactor, cuya única experiencia en Alemania había sido un prototipo de 57 MW que funcionó desde 1966 hasta 1984 y en Atucha I. Esa línea tecnológica fue desarrollada por Siemens y utilizada comercialmente por Argentina únicamente.
Para complicar las cosas, Siemens, el diseñador original del proyecto, abandonó el negocio nuclear hace años y ahora no existe un proveedor que pueda hacerse cargo de su finalización. Quienes acordaron con el Gobierno hacerse cargo de ese complejo paquete es la canadiense AECL, que no tiene experiencia alguna en reactores como Atucha II, pero lo hará porque ya negoció la venta de un par de nuevos reactores canadienses al Gobierno Nacional.
Atucha II ha significado un inmenso agujero por el que se han ido miles de millones de dólares, y lo seguirá siendo mientras siga vigente esta anacrónica fascinación por lo nuclear. Las estimaciones de los gastos en la inconclusa obra rondan los 4.000 millones de dólares. Además todos estos años de parálisis han implicado un costoso sistema de mantenimiento que totaliza unos 25 millones de dólares anuales. Si se quiere finalizar la obra, para empezar hay que colocar otros 700 millones de dólares, bastante más de los 430 millones anunciados en el 2004. Y las cifras no pararán de crecer, si sumamos las inversiones en el mantenimiento del ciclo del combustible nuclear (desde minería hasta la gestión de los residuos radiactivos) contabilizar todas esas actividades mostraría el tamaño del disparate económico del que estamos hablando.
Los gastos de Atucha II formaron parte de una serie de desmesuras cometidas dentro del denominado Plan Nuclear Argentino durante la dictadura militar y que produjeron que a fines de 1983 la deuda externa contraída por la CNEA representase el 13% de endeudamiento del país. Concluir el proyecto significa aumentar ese desatino y asumir un temerario riesgo tecnológico al no contar siquiera con los proveedores originales.
El costo de cada kilovatio instalado rondará la cifra de 6.000 dólares, una de las centrales eléctricas más caras del planeta. Si se lo compara con otras opciones convencionales o con iniciativas energéticas renovables y limpias, como la energía eólica, las comparaciones muestran la magnitud del error. También se ha dicho que finalizar la planta es más barato que cerrarla. No es verdad, los costos de cerrar el proyecto fueron sobrestimados por la CNEA para alcanzar una cifra similar a su terminación y así forzar la continuidad de las obras, pero terminar Atucha II sale por lo menos unas 20 veces más que cerrar el proyecto.
Atucha II es un proyecto equivocado, de alto riesgo, caro, tecnológicamente obsoleto, un pesado legado de la dictadura militar. Querer reflotar este proyecto a raíz de la crisis energética es un error, hay modos mucho más eficaces de encarar la crisis y de invertir el dinero del Estado. Es preciso hacer un giro en las inversiones. No podemos seguir subsidiando tecnologías peligrosas y con escaso futuro mientras que las energías renovables no poseen ningún tipo de apoyo. Aún el reciclado de la obra eléctrica y civil de Atucha II para convertirla a gas, hubiera resultado un modo más eficaz y rápido de tener energía de un modo más barato que las plantas térmicas que hoy se están construyendo. Si prevaleciera el criterio de producir energía del modo más eficiente, más limpio y con mayor potencial a futuro, no deberíamos distraer un solo centavo más en la vía nuclear.
Fecha de Publicación: 27/02/2008
Autor del Artículo: Juan Carlos Villalonga, Director Político de Greenpeace Argentina
Greenpeace denuncia que el proyecto del gobierno de finalizar Atucha II es caro, tecnológicamente obsoleto e implica un alto riesgo.
En las actuales conversaciones bilaterales con Brasil aparece una posible “cooperación nuclear” que incluye transferencia de tecnología en materia de uranio enriquecido y apoyos mutuos para la construcción de plantas atómicas. En ese marco vuelve a aparecer Atucha II como eterno pasivo que nadie se atreve a enterrar. Una recurrente idea fija en todas las administraciones nacionales desde 1984 hasta hoy. Desde entonces, cada nuevo gobierno hizo, a su modo, sus propias promesas al tiempo que se disponían nuevos gastos en el sector, otorgándole a Atucha II y al sector nuclear, una condición de actividad “estratégica” de Estado que, sin más argumentos que este, convalida cualquier decisión e inhibe todo tipo de debate.
Como sociedad podemos discutir, y así se lo hace, desde las condiciones de funcionamiento de una refinería de petróleo a una planta de celulosa o la construcción de un gasoducto. Ahora, pretender discutir la racionalidad de continuar con Atucha II supone la difícil tarea de perforar un blindaje conformado por conceptos tales como “proyecto emblemático”, “sensible y de carácter estratégico” y otros similares. Esta asociación de Atucha II con una cuestión de alta sensibilidad en materia política y estratégica ha prendido en la inmensa mayoría de la dirigencia política nacional. Lo nuclear, lamentablemente, sigue generando una dosis de fascinación en la dirigencia política que permite adoptar las decisiones más disparatadas en términos económicos, energéticos y ambientales.
Esta historia arranca casi 30 años atrás. La decisión de construir Atucha II, la tercera planta atómica de la Argentina, fue adoptada durante la dictadura militar en los últimos años de la década del ’70, como parte de un plan de desarrollo atómico que hoy ya no existe. Cuando el Presidente Néstor Kirchner presentó a comienzos de 2004 su plan energético, Greenpeace señaló que debía tenerse en cuenta que la decisión de construir Atucha II fue adoptada dentro de otro marco político, señalando en ese entonces lo “notablemente diferente del contexto energético y tecnológico a más de dos décadas de diferencia”.
Precisamente ese diferente contexto tecnológico es lo que desde la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) y ahora desde la propia Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) se ha señalado que el diseño de Atucha II es absolutamente impropio en la era post-Chernobyl, etapa en que la revisión de diseños y mejoramiento de los sistemas de seguridad tuvieron una enorme inversión y desarrollo. Según el artículo, especialistas del sector, admitieron que Atucha II tiene dificultades de diseño en materia de seguridad ya que no asume la experiencia dejada por el accidente de Chernobyl en 1986.
Los contratos para la construcción de Atucha II fueron firmados en mayo de 1980 y ratificados por la Junta Militar en julio de ese año. Las obras comenzaron en marzo de 1981 y alcanzaron casi su estado actual de avance durante los años 1982 y 1983. La decisión de construir Atucha II fue claramente parte de un programa nuclear cuyo objetivo central era político y militarista, no un programa energético. Cuando acaba el gobierno militar, a finales de 1983, comienzan los problemas para continuar esta obra.
La propia decisión tecnológica para Atucha se fundamentó en razones de estrategia de negocios de la dictadura militar, eso motivó la elección de la Siemens KWU para construir un reactor, cuya única experiencia en Alemania había sido un prototipo de 57 MW que funcionó desde 1966 hasta 1984 y en Atucha I. Esa línea tecnológica fue desarrollada por Siemens y utilizada comercialmente por Argentina únicamente.
Para complicar las cosas, Siemens, el diseñador original del proyecto, abandonó el negocio nuclear hace años y ahora no existe un proveedor que pueda hacerse cargo de su finalización. Quienes acordaron con el Gobierno hacerse cargo de ese complejo paquete es la canadiense AECL, que no tiene experiencia alguna en reactores como Atucha II, pero lo hará porque ya negoció la venta de un par de nuevos reactores canadienses al Gobierno Nacional.
Atucha II ha significado un inmenso agujero por el que se han ido miles de millones de dólares, y lo seguirá siendo mientras siga vigente esta anacrónica fascinación por lo nuclear. Las estimaciones de los gastos en la inconclusa obra rondan los 4.000 millones de dólares. Además todos estos años de parálisis han implicado un costoso sistema de mantenimiento que totaliza unos 25 millones de dólares anuales. Si se quiere finalizar la obra, para empezar hay que colocar otros 700 millones de dólares, bastante más de los 430 millones anunciados en el 2004. Y las cifras no pararán de crecer, si sumamos las inversiones en el mantenimiento del ciclo del combustible nuclear (desde minería hasta la gestión de los residuos radiactivos) contabilizar todas esas actividades mostraría el tamaño del disparate económico del que estamos hablando.
Los gastos de Atucha II formaron parte de una serie de desmesuras cometidas dentro del denominado Plan Nuclear Argentino durante la dictadura militar y que produjeron que a fines de 1983 la deuda externa contraída por la CNEA representase el 13% de endeudamiento del país. Concluir el proyecto significa aumentar ese desatino y asumir un temerario riesgo tecnológico al no contar siquiera con los proveedores originales.
El costo de cada kilovatio instalado rondará la cifra de 6.000 dólares, una de las centrales eléctricas más caras del planeta. Si se lo compara con otras opciones convencionales o con iniciativas energéticas renovables y limpias, como la energía eólica, las comparaciones muestran la magnitud del error. También se ha dicho que finalizar la planta es más barato que cerrarla. No es verdad, los costos de cerrar el proyecto fueron sobrestimados por la CNEA para alcanzar una cifra similar a su terminación y así forzar la continuidad de las obras, pero terminar Atucha II sale por lo menos unas 20 veces más que cerrar el proyecto.
Atucha II es un proyecto equivocado, de alto riesgo, caro, tecnológicamente obsoleto, un pesado legado de la dictadura militar. Querer reflotar este proyecto a raíz de la crisis energética es un error, hay modos mucho más eficaces de encarar la crisis y de invertir el dinero del Estado. Es preciso hacer un giro en las inversiones. No podemos seguir subsidiando tecnologías peligrosas y con escaso futuro mientras que las energías renovables no poseen ningún tipo de apoyo. Aún el reciclado de la obra eléctrica y civil de Atucha II para convertirla a gas, hubiera resultado un modo más eficaz y rápido de tener energía de un modo más barato que las plantas térmicas que hoy se están construyendo. Si prevaleciera el criterio de producir energía del modo más eficiente, más limpio y con mayor potencial a futuro, no deberíamos distraer un solo centavo más en la vía nuclear.
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