Madagascar: defender la selva no es delito



Armand Marozafy se compromete con la defensa de la selva en Madagascar, su país. Madereros talan ilegalmente árboles de ébano y palisandro incluso dentro de parques nacionales. Una sentencia judicial ha llevado al ambientalista a la cárcel por supuestamente haber difamado a dos comerciantes de madera. Pedimos su libertad.
Desde hace años, un puñado de comerciantes de maderas sin escrúpulos saquean las selvas de Madagascar, lo cuenta la organización ambiental EIA. Ni siquiera se detienen ante el Parque Nacional declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
La mayor parte del ébano y palisandro van hacia China. Unos 22.000 euros es lo que vale tan sólo un metro cúbico (m³). De esas maderas se producen sobre todo muebles de lujo de madera tallada. El gobierno de Madagascar ha prohibido su tala, comercio y exportación. Pero de todas maneras, desde 2010 llegaron a China al menos 25.365 m³ de unos 200.000 árboles.
Funcionarios estatales y políticos están enredados en el lucrativo negocio, escribe EIA. Incluso el presidente y su ministro del ambiente habrían tomado dinero de los traficantes de madera para su campaña electoral.
Armand Marozafy es de Madagascar y vive de enseñar a turistas las maravillas de su isla. Como presidente de la organización ambiental COSAP, se compromete con la defensa de las selvas. El 27 de abril de 2015 fue condenado a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 3.800 euros. Su delito: haber difamado por email de manera privada a un comerciante de madera.
En opinión de ambientalistas y defensores de derechos humanos, el juicio fue una farsa. La sentencia estaría encaminada a silenciar a Armand y a otras personas que se comprometen con la defensa del entorno.
Armand apeló la sentencia, pero está preso. Una alianza de organizaciones ambientales exige su liberación inmediata (en francés). El gobierno debe proteger las selvas de los madereros.


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