Los Gigantes no conlleva riesgo radiológico
9:44 | 
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Ex mina de Los Gigantes no conlleva riesgo radiológico
Fecha de Publicación: 15/05/2009
Fuente: La Mañana de Córdoba
Provincia/Región: Córdoba
Según la Autoridad Regulatoria Nuclear, el agua potable tiene uranio y radio en valores más bajos a los permitidos por la ley.
De acuerdo a un informe elaborado por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) la ex mina de uranio de Los Gigantes, cerrada por el estado nacional en 1990, no implica riesgo radiológico alguno para la población de Villa Carlos Paz y su región de influencia, ni ha generado daños importantes en el medio ambiente de la zona.
Tanto los muestreos realizados durante la etapa de explotación del ex complejo minero fabril Los Gigantes a cargo de la empresa Sánchez Granel (entre 1982 y 1989) como las auditorías posteriores al cierre del establecimiento sólo encontraron en el agua potable que consume la población concentraciones de uranio y radio naturales por debajo de los valores autorizado por la ley nacional.
A partir de algunas quejas surgidas en Villa Carlos Paz y San Antonio de Arredondo por la muerte de decenas de peces en el centro de la villa, la Autoridad Regulatoria Nuclear decidió remitir un informe con los registros técnicos efectuados en los últimos 27 años.
Los mediciones de uranio en aguas obtenidas entre 1982 y 1989, durante el período de explotación de la mina, reflejaron la presencia de valores entre 28 y 200 veces inferiores a lo máximo permitido por las Leyes N° 24.051 y 24.585, que se toman como guía en la cuestión.
En el mismo sentido, los niveles de radio 226 (antecesor del gas radón) fueron entre 6 y 22 veces más bajos a lo establecido por criterios internacionales.
A estos estudios realizados por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) deben sumarse numerosas auditorías ambientales efectuadas por profesionales independientes o por las autoridades de Córdoba, que certificaron que el impacto ambiental generado por la mina fue mínimo y no ha afectado para nada la calidad de vida de la población humana, ni la flora o fauna regional.
En la actualidad, los restos de las colas de uranio que quedaron tras el cierre de la mina están acumulados en un gran piletón en el predio de Los Gigantes, pero muy diluidos por 20 caños de continuas lluvias.
Una prueba adicional de que ese líquido acumulado no es dañino para el ambiente está dada por el hecho de que vacas, ovejas, patos y otras aves toman de esa agua y en su interior viven renacuajos y otros anfibios.
El agua de Carlos Paz
El informe de la ARN señala además que desde la creación del organismo en 1997 se han efectuado monitoreos independientes del agua que es consumida por la población de Carlos Paz.
«Ante las inquietudes expresadas por algunos integrantes de dicha comunidad, esta institución recuerda que los monitoreos de uranio entre 1998 y 2006 han dado valores entre 50 y 200 veces por debajo de la legislación nacional. Por su parte, la presencia de radio se encuentra entre 40 y 100 veces por debajo de los valores guías internacionales», sostiene el informe técnico aportado a LA MAÑANA. Como conclusión de los análisis efectuados a los diferentes estudios y mediciones, la Autoridad Regulatoria Nuclear- el organismo que controla a la Comisión Nacional de Energía Atómica- sostuvo que «no existe peligro radiológico de ningún tipo como consecuencia de lo que fue la explotación del ex Complejo Minero Fabril Los Gigantes, ni el agua que es consumida por la población de Villa Carlos Paz». Aunque este informe no brindó explicaciones sobre las causas que motivaron la reciente mortandad de peces en el centro de esta ciudad, otros biólogos y especialistas en la materia opinaron en forma coincidente que este fenómeno es la consecuencia de la gran presencia de algas cianófilas en el río San Antonio. Estos microorganismos al morir provocan la falta de oxígeno en distintas capas del río y eso termina generando cíclicamente la muerte de peces. A la hora de explicar el porqué de tantas algas, se sostiene que es la consecuencia de la gran presencia de nitrógeno y otros nutrientes generados por los desechos cloacales y otros productos arrojados por estaciones de servicio e industrias
Fecha de Publicación: 15/05/2009
Fuente: La Mañana de Córdoba
Provincia/Región: Córdoba
Según la Autoridad Regulatoria Nuclear, el agua potable tiene uranio y radio en valores más bajos a los permitidos por la ley.
De acuerdo a un informe elaborado por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) la ex mina de uranio de Los Gigantes, cerrada por el estado nacional en 1990, no implica riesgo radiológico alguno para la población de Villa Carlos Paz y su región de influencia, ni ha generado daños importantes en el medio ambiente de la zona.
Tanto los muestreos realizados durante la etapa de explotación del ex complejo minero fabril Los Gigantes a cargo de la empresa Sánchez Granel (entre 1982 y 1989) como las auditorías posteriores al cierre del establecimiento sólo encontraron en el agua potable que consume la población concentraciones de uranio y radio naturales por debajo de los valores autorizado por la ley nacional.
A partir de algunas quejas surgidas en Villa Carlos Paz y San Antonio de Arredondo por la muerte de decenas de peces en el centro de la villa, la Autoridad Regulatoria Nuclear decidió remitir un informe con los registros técnicos efectuados en los últimos 27 años.
Los mediciones de uranio en aguas obtenidas entre 1982 y 1989, durante el período de explotación de la mina, reflejaron la presencia de valores entre 28 y 200 veces inferiores a lo máximo permitido por las Leyes N° 24.051 y 24.585, que se toman como guía en la cuestión.
En el mismo sentido, los niveles de radio 226 (antecesor del gas radón) fueron entre 6 y 22 veces más bajos a lo establecido por criterios internacionales.
A estos estudios realizados por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) deben sumarse numerosas auditorías ambientales efectuadas por profesionales independientes o por las autoridades de Córdoba, que certificaron que el impacto ambiental generado por la mina fue mínimo y no ha afectado para nada la calidad de vida de la población humana, ni la flora o fauna regional.
En la actualidad, los restos de las colas de uranio que quedaron tras el cierre de la mina están acumulados en un gran piletón en el predio de Los Gigantes, pero muy diluidos por 20 caños de continuas lluvias.
Una prueba adicional de que ese líquido acumulado no es dañino para el ambiente está dada por el hecho de que vacas, ovejas, patos y otras aves toman de esa agua y en su interior viven renacuajos y otros anfibios.
El agua de Carlos Paz
El informe de la ARN señala además que desde la creación del organismo en 1997 se han efectuado monitoreos independientes del agua que es consumida por la población de Carlos Paz.
«Ante las inquietudes expresadas por algunos integrantes de dicha comunidad, esta institución recuerda que los monitoreos de uranio entre 1998 y 2006 han dado valores entre 50 y 200 veces por debajo de la legislación nacional. Por su parte, la presencia de radio se encuentra entre 40 y 100 veces por debajo de los valores guías internacionales», sostiene el informe técnico aportado a LA MAÑANA. Como conclusión de los análisis efectuados a los diferentes estudios y mediciones, la Autoridad Regulatoria Nuclear- el organismo que controla a la Comisión Nacional de Energía Atómica- sostuvo que «no existe peligro radiológico de ningún tipo como consecuencia de lo que fue la explotación del ex Complejo Minero Fabril Los Gigantes, ni el agua que es consumida por la población de Villa Carlos Paz». Aunque este informe no brindó explicaciones sobre las causas que motivaron la reciente mortandad de peces en el centro de esta ciudad, otros biólogos y especialistas en la materia opinaron en forma coincidente que este fenómeno es la consecuencia de la gran presencia de algas cianófilas en el río San Antonio. Estos microorganismos al morir provocan la falta de oxígeno en distintas capas del río y eso termina generando cíclicamente la muerte de peces. A la hora de explicar el porqué de tantas algas, se sostiene que es la consecuencia de la gran presencia de nitrógeno y otros nutrientes generados por los desechos cloacales y otros productos arrojados por estaciones de servicio e industrias
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