Las minas de la discordia

Las minas de la discordia

Fecha de Publicación: 27/02/2009
Autor del Artículo:Guido Piotrkowski - Terra Magazine
Provincia/Región: Nacional


"Era una actividad pujante y fuerte la que se hacía en la Mina del oro y en La Mexicana en aquel período de 1860 a 1912", señala un funcionario.



¿Minería si, o minería no? En los últimos años se ha generado esta controversia que parece interminable en Argentina, donde las empresas transnacionales llegaron muy favorecidas por leyes sancionadas en la década del 90, bajo el gobierno de Carlos Menem, partidario y ejecutor de la privatización de bienes y recursos del estado, en particular los naturales como la minería, entre otros, que pasaron rápidamente a manos privadas gracias a las grandes exenciones impositivas aplicadas mediante incentivos fiscales a la exploración y explotación minera.
Esta es una industria que genera ganancias millonarias pero poco le deja al estado (3 por ciento del valor en boca de mina del mineral extraído); además los riesgos de contaminación y el alto impacto ambiental que provoca la minería a cielo abierto generaron una gran desconfianza en parte de la población, que en los albores del nuevo siglo comenzó a agruparse en diversas asambleas de auto convocados, como la de Esquel, en la provincia de Chubut, que en 2003 sentó un precedente cuando logró imponerse en una consulta popular y forzó la primera ley provincial en contra de la minería a cielo abierto.
A partir de allí, las poblaciones de las diversas provincias de la cordillera en dónde abundan los minerales tan preciados, como Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca, comenzaron a movilizarse y a informarse un poco más acerca de la situación.
En contrapartida, el estado y las empresas hablan y fomentan una "minería responsable", recorriendo las poblaciones e "instruyendo" a la gente acerca de las bondades, beneficios y cuidados con que se desarrolla esta industria que genera millones de dólares. Para comprobarlo solo basta remitirse a los números.
Según datos de la secretaría de minería de la nación, en 2007 llegaron inversiones para actividades de exploración, desarrollo de proyectos y producción de minerales por más de 5.600 millones de dólares, un crecimiento del 748 por ciento desde 2003. Además, se crearon 40 mil puestos de trabajo directo y 192 mil de empleo indirecto, creciendo así un 120 por ciento respecto de 2003, y se exportaron 7.950 millones, un 140 por ciento respecto del mismo año.



Una historia con mucho oro de por medio
Terra Magazine llegó hasta Chilecito, en La Rioja, una pequeña ciudad al pie del cerro Famatina y recorrió esta montaña emblemática dónde hubo emprendimientos mineros entre finales del siglo XIX y principios del XX: La Mexicana y La Mina del Oro, de las que hoy sólo quedan vestigios y escombros a más de 4500 metros sobre el nivel del mar, producto del abandono repentino y posterior saqueo; también hay un museo, y se puede ver el famoso cablecarril, que es una de las atracciones turísticas del lugar. Durante el periplo, Terra Magazine dialogó con Marcela Crabbe, miembro de la asamblea Ciudadanos por la Vida, y Eduardo Monetemagio, periodista local y conductor de El Despertador, por FM Líder. Por otro lado, el secretario de minería de La Rioja, Oscar Lehz, respondió a Terra Magazine, vía telefónica, algunas de las inquietudes generadas a partir de las denuncias de los asambleístas.
La minera canadiense Barrick Gold, con emprendimientos en gran parte del mundo, pretende explotar nuevamente el cerro, con el advenimiento del actual y ex vice gobernador provincial Beder Herrera, quien llegó al poder, paradójicamente, con un discurso anti-minero. Pero una vez que asumió la gobernación, luego de destituir a su antecesor Angel Maza, cambió radicalmente su posición. "Beder Herrera asumió con la promesa del no a las minas, pero fue una estrategia política", asegura Marcela Crabbe, integrante de esta asamblea formada por amas de casa, docentes, comerciantes, estudiantes, electricistas, contadores y hasta desocupados, en fin, ciudadanos comunes.
Estos vecinos, asustados por la posible contaminación y el excesivo uso del agua que requeriría la mina, lograron interrumpir aquella exploración realizando un piquete en el paraje Peña Negra hace dos años, y aún resisten, pese a las presiones políticas que dicen recibir. Además, en 2006, consiguieron que se sancionara la ordenanza 2695, que declara al Departamento de Chilecito "No tóxico y ambientalmente sustentable".
Actualmente, la continuidad de las obras de exploración no depende sólo del conflicto con los asambleístas y el piquete que allí mantienen. Existe un brete judicial con la empresa Yamirí Gold S.A, que alguna vez fue una sociedad mixta creada por el gobierno riojano en 1987 (llamada entonces Yamirí SEM) para fomentar el desarrollo minero en la provincia, y en la que el estado supo tener la mayoría del paquete accionario. Poco después, pasó a manos privadas transformándose en una sociedad anónima, por efecto de la ley 6238 que autorizaba a "transformar y/o liquidar las sociedades de economía mixtas creadas por las leyes 4779, 4846, y 4866". Cabe aclarar que la empresa siempre tuvo los derechos de explotación del Famatina, y de esta manera esos derechos pasaron a manos privadas (Barrick,) que se quedaron con la mayor parte de la empresa, relegando al estado a una mínima participación.
Hacia fines de 2004, la empresa firmó un contrato de "exploración con opción" con la Barrick, que se quedó con un 70 por ciento de las acciones. Entonces, las tierras que alguna vez fueron explotadas por el estado, ahora solo pueden ser explotadas por una empresa privada. "En este momento no podemos decir que se va instalar ni la Barrick ni ninguna otra empresa hasta que no termine el proceso que se esta poniendo en marcha, porque hay un litigio entre el estado y la empresa Yamirí", afirma el secretario de minería de la Rioja en dialogo telefónico con Terra Magazine.

Los vecinos le dicen "No" a la mina
"Nosotros pudimos prevenir teniendo conocimiento de lo que pasó en Catamarca y corrimos a la Barrick. Ellos estaban explorando, y estratégicamente decidimos cortar el paso en el que ellos hacen un intercambio de gente, así que tuvieron que bajar. Vinieron los directivos de la Barrick en San Juan a convencernos, pero no pudieron, se fueron y tuvieron que bajar todos. Estuvimos un año más en guardia permanente. Hoy controlamos, estamos yendo permanentemente -relata Marcela Crabbe sobre el corte que mantienen hace más de dos años en el paraje Peña Negra, en la "entrada" del cerro Famatina-. No queremos ser una provincia minera, tenemos antecedentes de que nunca nos sirvió la minería, el cablecarril, la explotación de la mina del oro. Hace cien años los ingleses se llevaron todo. Ese cablecarril es un monumento al saqueo", afirma la asambleísta.
El secretario de minería no concuerda con esta visión: "Era una actividad pujante y fuerte la que se hacía en la mina de oro y en La Mexicana en aquel período de 1860 a 1912. Se trabajaba fuertemente, y había en operación alrededor de 1.500 mulas que llevaban y traían la carga hacia el valle. Luego llegó el tren a Chilecito, y a continuación el cablecarril a La Mexicana. Y un dato importante -resalta el funcionario- es que se estableció la primera sucursal del Banco Nación en el interior".
En dirección similar se encuentra la opinión de Eduardo Montemagio: "La actividad minera que se realizó a comienzos del siglo pasado fue muy importante, ya que la cantidad de oro que se extraía de la mina La Mexicana dio pie para la construcción del cablecarril para transportar el mineral desde la mina a Chilecito. Hoy se preserva como un monumento histórico nacional y se ha transformado en uno de los principales atractivos turístico de la región. Con respecto al trabajo que se brindó en la región, todos cuentan que fue muy importante. En esos años no se sabia, o no se hablaba, de problemas ambientales, pero debe haber sido importante el desmonte que se realizó en la zona, ya que había que alimentar las calderas para el funcionamiento del cablecarril".
Y justamente hacia allí apuntan sus dardos los asambleístas: "Nosotros no elegimos ese supuesto progreso, eso no trae progreso, a Chilecito le trae progreso el turismo y la producción. La minería no trae nada, vamos a pasar a ser un pueblo fantasma como Santa Florentina, dónde hace cien años tuvimos la extracción de oro más grande que hubo en el país. Dejaron gente enferma de los pulmones, muchas viudas... Se llevaron el grueso del oro, no quedó nada, solamente desertificación -se queja Crabbe-. El algarrobo, que es el árbol autóctono, está en extinción porque se llevaron todo para hacer los durmientes del ferrocarril, y además todas las maquinarias funcionaban a leña. La Rioja ya probó de ser minera y le fue mal", concluye esta mujer de mirada perdida y hablar pausado pero firme.

Agua, divino tesoro
Una de las principales polémicas en torno a la industria se genera a través del proceso de lixiviación, mediante el cual se separan los minerales de la roca pasando de un estado sólido a líquido y en el que se utilizan sustancias tóxicas como el cianuro, además de una gran cantidad de agua. En ese sentido Marcela Crabbe es tajante: "Para la lixiviación se utiliza muchísima agua, el agua que nosotros no tenemos. La rioja es una de las provincias más pobres a nivel hídrico. Nosotros dependemos de una sola cuenca; el Famatina es un tanque de agua y no hay nada más. ¿Qué hacemos con la producción? ¿se pregunta al borde de la indignación -. La minería no es compatible con la producción, todo gira en torno al agua y no se puede correr ese riesgo. El mínimo accidente, la mínima filtración, puede provocar una contaminación de cientos de años, y además no nos deja absolutamente nada", asevera, remarcando una vez más este último concepto. La minería, al parecer, para los ciudadanos del lugar, no traerá beneficio alguno.
Por su parte, Oscar Lehz desestima estas apreciaciones: "Que el agua escasea es una forma de decir. Se utiliza muchísima menos de la que se usa para la agricultura en términos comparativos. En la tercera región de Chile se hizo un estudio reciente que dice que del 100 por ciento del agua, el 75 por ciento lo consume la actividad agrícola. En base a eso, la industria minera ha logrado reducir el consumo y recicla el agua".
Entre estas dos posiciones irreconciliables, en una especie de equilibrio entre el poder y el ciudadano común, se encuentra la visión del periodista Montemagio: "Más allá del tema contaminación, que se puede controlar con un ente compuesto por distintos sectores de la comunidad como el estado, organizaciones ambientalistas y profesionales del tema, la mayor preocupación que yo tengo es la utilización del recurso agua, que es muy escaso en la región. Se dice que se utiliza mucha agua en este tipo de emprendimientos. Esto significa que escasearía en la zona del valle, ya que el agua se emplearía en la minera, lo que significaría una reducción del recurso hídrico, y en consecuencia menos producción de uvas y aceitunas, las actividades más importantes de la provincia, además de la nogalera y fruti hortícola, que van por buen camino en la región con la implementación de empresas procesadoras".

Golpe de estado al medioambiente
La minería a cielo abierto impacta directamente sobre el ecosistema y las poblaciones cercanas, generando consecuencias mucho mas graves que la minería subterránea. De este modo, se dinamitan grandes extensiones montañosas, lo que genera consecuencias como la contaminación del aire, el desplazamiento de la fauna y la destrucción de la flora; la destrucción de bienes culturales, además de los probables problemas de salud de poblaciones cercanas que se puedan generar por la posibilidad de contaminación del agua o el polvo que generalmente levantan las maquinarias y las detonaciones, derivando en graves enfermedades respiratorias.
"El solo hecho de que te dinamiten los cerros genera un alto impacto físico, visual, geográfico, y contaminación del aire. El proceso de lixiviación es perverso, te vuelan un cerro en dos minutos, ¿para sacarte cuanto?", se pregunta ofuscada Crabbe.
Consultado Lehz acerca de las precauciones que tomaría el gobierno provincial al respecto, el Secretario de Minería señaló que "los informes relacionados al impacto ambiental están dentro de las normas internacionales. Las leyes a nivel internacional son prácticamente las mismas para todos. Es más, la Argentina es más estricta en algunos aspectos como el control del agua que en algunas regiones de Canadá".
Pero los asambleístas no parecen muy convencidos: "Nosotros tomamos los antecedentes de Catamarca, donde hubo gente que murió por accidentes gravísimos ¿denuncia Crabbe-. Además, la minería a cielo abierto está prohibida en gran parte del mundo".
Respecto a esta denuncia, Lehz responde que "no está nada comprobado, son solo denuncias. En los años que yo llevo en la minería no se ha podido constatar que haya sido así. Se dice que La Alumbrera utiliza cianuro, nunca ha utilizado cianuro, porque el proceso químico de concentrado de cobre y oro no utiliza cianuro, es una falacia total", asegura categóricamente el funcionario.
Sin embargo, debido a las denuncias de contaminación, y mediante pericias realizadas por el fiscal Antonio Gómez junto a Gendarmería, se comprobó que "el canal DP2, donde Alumbrera descarga desechos, en Tucumán, tiene índices de contaminación muy elevados" según se desprende de una entrevista realizada al fiscal por el diario Pagina 12. "Hay pruebas de contaminación hasta en los informes de impacto ambiental de la propia empresa. Esos informes aceptan, literalmente, la contaminación por encima de los niveles permitidos por la Ley 24.051, que es nuestra ley penal ambiental", agrega Gómez en la misma entrevista. Por esos hechos, el vicepresidente de la empresa, Julian Rooney, se encuentra procesado y acusado del delito doloso de contaminar el ambiente.

¿Prosperidad o destrucción?
Las empresas generalmente desembarcan con promesas de progreso y bienestar para las regiones mineras, que en muchos casos son poblaciones humildes con grandes problemas laborales. Generalmente conquistan al poblador con una gran oferta de empleos tanto directos como indirectos. Fuentes del gobierno de San Juan aseguran que el mega emprendimiento del Veladero en esa provincia creó unos 5 mil puestos de trabajos directos e indirectos en la región, solucionando en gran parte el grave problema de desempleo o subempleo subsidiado por el estado.
Pero no parece ser el caso aquí en Chilecito o Famatina, regiones más pujantes en cuánto a producción y turismo, dos industrias que los pobladores no piensan sacrificar a cualquier costo.
Marcela Crabbe arremete, una vez más, contra el modelo catamarqueño: "Bajo la Alumbrera es uno de los ejemplos más importantes. En los pueblos que están debajo de la mina como Santamaría, Andalgalá, o Belén la gente te dice 'nosotros los aplaudimos cuando llegaron, te daban empleos para la infraestructura. Pero primero te llevan 500 personas y después que hacen las obras necesarias, estás otra vez sin trabajo'. Se benefician dos o tres, como siempre."
Lehz, por su parte, asegura en primer lugar que el turismo, la actividad agropecuaria y la minería son compatibles. "Me baso fundamentalmente en lo que acontece en Chile y en Perú, dónde el turismo en base a actividades como la geología y la minería están en auge. Y no tan solo con el turismo, también convive con la actividad agrícola de vanguardia. En la tercera región hay unos 800 emprendimientos mineros entre chicos y grandes, y 16 mil hectáreas de uva en fresco", indica el funcionario. Pero no sabe a ciencia cierta cuantos empleos podría generar un emprendimiento en el Famatina: "Creemos que la industria puede ser un puntal importante para la provincia, ya que el 60 por ciento del territorio es montañoso y tenemos carencias fundamentales, entonces es necesario poner en valor nuestros recursos para dar un mejor bienestar a nuestra gente. Pero aún tenemos que ver que proyecto se puede lograr en la zona. Hoy está en etapa de exploración y hasta que no se termine, no podemos tener ninguna expectativa. Hay una expectativa, pero no está cerrada la exploración".
Habrá que esperar, entonces, el desenlace de esta historia sin fin, dónde se pone en juego la minería responsable y pujante que promete el estado y la férrea oposición de un sector de la población que teme por su salud y sus recursos naturales. Antecedentes hay de ambos lados, pero como es habitual, el poder político lleva las de ganar.
Mientras tanto, los turistas y pobladores aún pueden visitar y disfrutar de un paseo por el imponente y colorido cerro Famatina, con las aguas del río Amarillo bajando raudas por el cañón del ocre, libre de maquinarias, ruidos molestos y del peligro latente de contaminación.

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